Janis Joplin fue una de las voces más icónicas y trascendentes de la música rock de los ‘60. Con su estilo único y su presencia escénica enérgica se convirtió en una de las primeras mujeres en liderar una banda de rock y en una estrella de renombre mundial. Sin embargo, su carrera y su vida fueron cortadas trágicamente en 1970 cuando murió a la edad de 27 años debido a una sobredosis accidental de heroína.
Una de las posesiones más valiosas de Joplin era un Porsche 356C de 1964 que le regaló su manager, Albert Grossman. Este coche fue especialmente valioso para Joplin ya que lo convirtió en una obra de arte en sí mismo.
Originalmente el auto alemán era de color blanco, tono que Joplin consideró muy aburrido. Así fue que lo mandó pintar de color rojo con un fresco lleno de mariposas y medusas en la que figuraba ella misma junto a su banda.
Este Porsche se convirtió en un símbolo de la vida de Joplin al punto de ser considerado como una extensión de su personalidad y su música.
El Porsche 356C de Joplin ha sido expuesto en varias ocasiones en distintos museos y exposiciones, incluyendo el Museo de la Historia del Rock en Cleveland, Ohio. A menudo es considerado como una pieza de colección y es un recordatorio de la vida y legado de la cantante.
En 2015 fue subastado y se vendió en solo cinco minutos por 1.7 millones de dólares contra todo pronóstico ya que la casa de subastas había estimado no más de 600.000 dólares.
La muerte de Janis Joplin fue una pérdida incalculable para la música rock y para sus fans alrededor del mundo. Sin embargo, su legado continúa vivo a través de su música y sus posesiones icónicas, como este singular Porsche 356C.
A más de 50 años de su muerte, Janis Joplin sigue siendo un ícono de la música y un recordatorio de la libertad, el espíritu rebelde y la creatividad de una generación.