Las primeras pruebas de pretemporada de la Fórmula 1 en el circuito catalán de Barcelona dejó expuesto un problema que tienen los autos con la nueva normativa técnica: el porpoising, un violento rebote que es producido por excesivo efecto suelo que tienen los bólidos.
Este inconveniente, que se mostró en todos los autos, sorprendió a los ingenieros ya que no se visualizó en las simulaciones durante el proceso de creación de las máquinas. Si bien los tres días de ensayos realizados en España les permitieron trabajar para eliminar la tendencia, algunas escuderías no lo han conseguido del todo.
Según el monegasco Charles Leclerc el porpoising se podría comparar como una gran “turbulencia en un avión”. De todas formas, el piloto de Ferrari no parece estar muy preocupado por la situación. “Es un problema que todo el mundo tiene en mayor o menor medida. Pero en la Fórmula 1 están los mejores ingenieros del mundo, así que estoy bastante seguro de que encontraremos una solución”, dijo.
La Federación Internacional del Automóvil (FIA) sigue muy atenta el tema y por lo que dijo el inglés Ross Brawn, responsable deportivo del Mundial, la entidad no dudará en cambiar el reglamento técnico “si el problema se convierte realmente en una cuestión de seguridad”.
“Estoy sorprendido de que algunos equipos no lo detectaran. Pensaba que serían capaces. Pero esta claro que es un problema con solución y de hecho, algunos equipos la han encontrado”, afirmó Brawn, ex responsable técnico de Benetton, Ferrari, Brawn GP y Mercedes.
“Hemos visto que con la puesta a punto puede solucionarse o al menor limitarse. Eso sí, habrá que sacrificar un poco de prestaciones. A mayores prestaciones, mayor porpoising, pero corresponde a equipos y pilotos tomar las decisiones sobre el set up”, aclaró el ingeniero.
La semana próxima la F.1 estará nuevamente en acción el Bahrein, en las últimas pruebas de la pretemporada. Ahí se verá si el porpoising se mantiene como un dolor de cabeza para los ingenieros o es un problema solucionado.
[fvplayer id=”32″]