Alguna vez las 500 Millas de Indianápolis formaron parte del calendario de la Fórmula 1. Ocurrió entre 1950 y 1959, los primeros años del torneo que con el tiempo se convertiría en el más importante del automovilismo. La razón de sumar este evento en suelo estadounidense era tener una competencia fuera de Europa para reforzar el estatus de campeonato mundial.
Durante esa etapa, en las Indy 500 siempre compitieron pilotos y equipos yanquis, aunque constructores y corredores europeos y de la propia F.1 se animaron tiempo después a desafiar al óvalo del Indianápolis Motor Speedway. Los ejemplos más claro son Lotus, que ganó con Jim Clark en 1965; y Graham Hill, que hizo lo propio con Lola en 1966.
Las 500 Millas de Indianápolis, que tuvieron su primera edición en 1911, era la carrera más relevante cuando se creó la Fórmula 1. Vale recordar que el Gran Premio de Mónaco o las 24 Horas de Le Mans, con las que hoy forman la Triple Corona, iniciaron su historia en la década de 1920.
La F.1 coqueteó con la mística de Indianápolis entre 2000 y 2007 cuando el Gran Premio de Estados Unidos se realizó en un circuito mixto fabricado especialmente en el predio del IMS. Sin embargo, la falta de interés hizo que el GP de USA, después de un considerable paréntesis, se mudara en 2012 a Texas.
Pensar que hoy las 500 Millas de Indianápolis, patrimonio exclusivo de la IndyCar, formen parte del Mundial de Fórmula 1 parece imposible. Sin embargo, con un automovilismo cada vez más globalizado podría existir alguna chance.
De hecho, el acuerdo que suscribieron IMSA y WEC para compartir un reglamento que les permite a diferentes constructores participar al más alto nivel en carreras de resistencia es una señal de que nada está perdido…
Las diferencias técnicas entre los autos de la F.1 y la IndyCar son notables, aunque los monoplazas de la serie yanqui son menos complejos de preparar y desarrollar porque la normativa permite chasis y motores genéricos.
¿Cómo sería posible que las 500 Millas formen parte de la Fórmula 1? McLaren ya dio una muestra. La marca inglesa tiene equipos en IndyCar y F.1 con estructuras distintas y eso podría ser una receta que el resto de las escuderías de la Máxima podrían replicar. Incluso con un apoyo solo para esta prueba ya que para correr en Indianápolis no es necesario participar de todo el torneo estadounidense.
Lo ideal sería que los pilotos de la F.1 también corran, pero al menos en una primera etapa se podría conseguir una solución alternativa: que los puntos sumados en Indianápolis por esas escuderías asociadas se tengan en cuenta para la Copa de Constructores.
Liberty Media, actual propietaria de la F.1 y que tiene su casa matriz en Estados Unidos, ya demostró que está abierta a cualquier cambio que le resulte beneficioso para su negocio. Y tener a las 500 Millas de Indianápolis como parte del calendario, sin dudas, sería lograr el premio mayor.
¿Pensás que esto puede ser posible? Dejános tu comentario.