Aunque pareciera que es una simple masa insignificante, la materia fecal de paloma es uno de los peores enemigos de la carrocería de los autos ya que puede afectar la pintura seriamente.
Una de las cuestiones por las que el excremento es perjudicial se debe a su composición. Lo que a simple vista parece de color blanco es ácido úrico y es el equivalente a la orina del animal. Esta se expulsa junto a la materia fecal, formada en el sistema digestivo, y a tal velocidad que las dos sustancias no llegan a mezclarse.
En caso de que caiga sobre la carrocería del auto puede llegar a impregnarse rápidamente, sobre todo si la “chapa” o el aluminio estuvo demasiado caliente por su exposición al sol. El problema es que cuando la pintura está bajo temperaturas altas (sol y/o calor), se ablanda y se expande. Una vez que se enfría se contrae, por lo que cualquier suciedad, incluyendo el excremento, se adhiere a la superficie.
Si la materia fecal del ave permanece en la pintura durante varios días puede quedar impresa de forma permanente, lo que requerirá de un tratamiento especializado para eliminarla.
Para sacar el excremento te aconsejamos aplicar agua tibia con una esponja, lo que no dañará la pintura. También es recomendable encerar las superficies pintadas una o dos veces al año con el objetivo que los desechos de las palomas no se impregnen en demasía.