Así como tantos otros rubros e industrias, el automovilismo está sufriendo su máxima crisis de la historia a causa del coronavirus. Siendo en la Argentina el segundo deporte por mayor cantidad de afluencia de público y participantes, es una actividad que genera negocios millonarios y permite que cientos de miles de familias vivan de ella. Esta situación absolutamente inédita obliga a replantearse los formatos, los conceptos y cómo hacer para volver a poner los motores en marcha cuando sea posible.
A través del tiempo el automovilismo se ha transformado en una disciplina muy costosa con una barrera de entrada económica muy elevada que aparece a muy temprana edad para quienes aspiran a ser pilotos. Esto lleva a que el talento muchas veces quede nublado por falta de dinero. De esta forma, solo logran transformarse en pilotos profesionales algunos pocos que, claramente, tienen talento, pero seguramente han contado con apoyo económico desde muy temprano. Es decir que muchos talentosos quedan en el camino sin poder ser siquiera descubiertos…
Sin dudas, el automovilismo es el deporte que mayores y más prontas barreras económicas presenta. En el fútbol, por ejemplo, un joven talentoso puede llegar a probarse en un club de primera división sin haber invertido dinero y si tiene las cualidades acordes, tiene posibilidades de quedar seleccionado y transformarse en profesional.
En automovilismo, en cambio, un niño suele querer subirse a un karting a los 7/8 años, ya sea como diversión o para descubrir su pasión. Aquí ya comienza la barrera económica. Aún así su familia tenga medios y conocimientos mecánicos, para poder correr una carrera de karting ya hace falta una inversión considerable de dinero y ni hablar si se pretende participar de todo un campeonato.
Ante esta realidad nos veremos obligados a barajar y dar de nuevo, a replantear la posibilidad de reducir los valores para que más personas puedan “ser parte” del automovilismo. De lo contrario, la actividad tendrá muchas dificultades para desarrollarse como lo hacia habitualmente con la concurrencia, cantidad de pilotos y familias que logran vivir gracias a la actividad.
Es en estos momento donde programas como Desafío Motor, que brindan la oportunidad a todas las personas por igual de mostrar su talento independientemente de su condición económica, toman mayor relevancia y sentido para poder redescubrir a esos talentos innatos y brindarles esa oportunidad de probarse junto a los mejores y demostrar su talento detrás del volante.