¿Por qué la Fórmula 1 se llama así? Para responder a ese pregunta hay que remontarse a 1949 cuando la Asociación Internacional del Automóviles Clubes Reconocidos -la actual Federación Internacional del Automóvil– decidió instaurar un Campeonato Mundial de Pilotos con los autos de Grandes Premios, la máxima expresión del automovilismo en las décadas del 30’ y el ‘40.
Para eso debió definir un reglamento partiendo de diferentes fórmula técnicas que incluían el peso de los autos y el tipo de motor. Para mantener al flamante certamen como la referencia de las pistas se optó por utilizar la normativa técnica llamada Fórmula 1, que permitía autos con motores de 1.500 cm3 con compresor y 4.500 con alimentación normal. El “1” hacía referencia a que era la principal categoría por su potencia.
Sin embargo, esta regla no nació de un día para el otro. Por el contrario, fue el resultado de una evolución que comenzó en 1906 con el primer Gran Premio de la historia, el de Francia organizado por el Automóvil Club de aquel país. Esta prueba no solo acuñó el termino “Gran Premio”, sino que fue la primera competencia que utilizó un reglamento técnico para restringir la cantidad de participantes.
En aquel GP de Francia de 1906, realizado en la zona de La Sarthe y que ganó el húngaro Ferenc Szisz con un Renault, permitió vehículos con un peso máximo de 1.815 kilos, aumentando en 815 kg el volumen reglamentado en las primeras carreras del Siglo XX.
Durante los años siguientes, el ACF modificó la normativa, que fue tomada como parámetro para el resto de los Grandes Premios que se hacían en Europa hasta que en los años ’20 la AIACR tomó las riendas del asunto.
En 1907 la entidad francesa desestimó el sistema de peso máximo y puso un límite de consumo de combustible de 30 litros para cada 100 kilómetros recorridos. En 1908 exigió motores con cilindros de 155 milímetros en los de cuatro y de 127 mm en los de seis. Estas condiciones permitieron la participación de las principales marcas de la época como Brasier, Darracq, Fiat, Napier, Mercedes, Mors, Panhard, Renault, Bayard, Itala y De Dietrich.
En 1913 se varió el régimen de consumo de los vehículos al reducirlo a 20 litros cada 100 kilómetros. En 1914 el ACF fijó por primera vez un límite de capacidad cúbica de 4.500 cm3 y agregó un peso de 1.000 kilos como máximo.
Después de la Primera Guerra Mundial hubo en Europa ciertas libertades hasta que se reorganizó la actividad. Sin embargo, en Estados Unidos se establecieron reglas para las 500 Millas de Indianápolis, que ese año permitió autos con un máximo de 3.000 cm3.
En 1921 en el Viejo Mundo se llegó hasta los 1.400 cm3 con un peso mínimo de 350 kilos; mientras que para la Indy 500 se rebajó el límite a 2.000 cm3.
En 1925 en Europa se volvieron a cambiar las reglas: 1.500 cm3 y 450 kilos de mínimo, que se redujeron a 425 en 1923. Esa reglamentación duró hasta 1925, cuando se decidió volver a los dos litros sin limitación de peso.
En el periodo de 1926/1927 la AIACR adoptó la fórmula de 1.500 cm3 con o sin compresor y absoluta libertad de peso. Sin embargo, en 1928 se regresó a un reglamento libre, algo que incentivó a las marcas a crear sus propios equipos oficiales. Alfa Romeo y Bugatti usaron motores de dos litros con compresor. Maserati, en tanto, uno de 2.500 cm3 con ocho cilindros en línea.
En 1931 el circuito de Monza decidió poner sus propias reglas y dividió a los participantes en grupos: de 1.100 a 2.000 cm3, de 2.001 a 3.000 y de más de 3.000. Para el resto de las carreras se mantuvo el reglamento aplicado por la AIACR, que además aceptó a los coches con carrocería monoplaza.
En 1938 debido a que los motores ya eran demasiado potentes y había mucho peligro en las carreras, se dictaminó una fórmula basada en peso-potencia. Se limitó la cilindrada a 3.000 cm3 con compresor y 4.500 sin ese sistema. Mientras que el peso mínimo se estableció en 850 kilos.
En 1941 se comenzó a usar la fórmula de litro y medio, aunque ya en 1938 hubo varias marcas con este tipo de especificación. Como el Alfa Romeo 158, conocido como Alfetta.
Tras la Segunda Guerra Mundial volvieron las libertades. Las marcas usaron autos viejos y de todo tipo. Sin embargo, en carreras internacionales rigió el reglamento llamado Fórmula 1: 1.500 cm3 con compresor y 4.500 con alimentación normal. Sobre esa base la AIACR creó el Campeonato Mundial de Pilotos, que tuvo su primera edición en 1950…