El qatarí Nasser Al-Attiyah, desde este viernes cuatro veces campeón del emblemático Dakar (2011, 2015, 2019, 2022) en la categoría de autos, es un deportista ecléctico con sobrada experiencia en rallys pero que ha sido además olímpico en tiro con carabina.
En el perfil sobre él en la web del Dakar, del piloto de Doha se destaca su “eterna sonrisa”. Ya en 2021 tuvo un balance muy positivo, con siete victorias en otras tantas pruebas automovilísticas disputadas.
Desde que disputó su primer Dakar en el anonimato, siendo 10º en Senegal al volante de un Mitsubishi Montero, Al-Attiyah ha sido campeón del emblemático rally en cuatro ocasiones y con tres constructores diferentes: primero con Volkswagen (2011), luego con MINI (2015) y finalmente con Toyota (2019 y 2022). Ha pilotado también para BMW y Hummer.
Este habilidoso conductor por las dunas del desierto acumula además 44 victorias en etapas en el Dakar, logradas en tres continentes (África, Sudamérica y Asia). Desde que la prueba se mudó a Arabia Saudita es su mejor año allí, tras haber sido dos veces segundo, batido por el español Carlos Sainz y el francés Stéphane Peterhansel.
Como Sainz, Al Attiyah brilló también en los rallys clásicos, sobre tierra, nieve o asfalto, y conquistó dos títulos mundiales, pero en escalones inferiores, el P-WRC (coches de producción, cercanos a los de serie) en 2006 con un Subaru y luego en el WRC2 (reservado a las promesas y a los amateurs más destacados) en 2014 con un Ford.
BRONCE OLÍMPICO EN TIRO
El resto del tiempo, Al-Attiyah disfruta de rallys en Oriente Medio, acumulando victorias y títulos como hizo antes que él otro piloto estrella de la región, el emiratí Mohammed Ben Sulayem, elegido recientemente como nuevo presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA).
Pero eso no es todo. Al-Attiyah no solo destaca en el automovilismo, también en el tiro, donde es un especialista del skeet, el nombre oficial del ball-trap en los Juegos Olímpicos.
Muy hábil con la carabina en sus manos, llegó a dar una medalla olímpica a su país, al colgarse el bronce en Londres 2012. En los Juegos de Atenas de 2004, Al-Attiyah había quedado al pie del podio y en Pekín 2008 fue el abanderado de Qatar.
Recuerdos que sin duda ha podido compartir en la caravana del Dakar, donde una figura como él es tremendamente atípica.
Al-Attiyah nació en una familia muy acomodada de Doha y conoce bien a la familia real.
Junto a él, la victoria en este Dakar ha supuesto un éxito para el hombre que es su copiloto desde 2015, el francés Matthieu Baumel, con el que ha controlado esta edición de 2022 de principio a fin.