La crisis energética de principios de la década del ‘70 generó en Estados Unidos un gran interés en los autos eléctricos ya que predominaba la idea de reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Eso llevó al Departamento de Energía estadounidense a impulsar varios programas para promover su desarrollo.
Como resultado en 1974 nació la Electric Vehicle Associates (EVA), empresa que convertía coches térmicos en eléctricos. Esta compañía “electrificó” varios modelos entre ellos un Renault 12, al que denominó Metro.
El EVA Metro funcionaba gracias a 19 baterías de plomo-ácido de seis voltios ubicadas en el baúl y también bajo el capot, donde originalmente iba el motor a combustión.
EL EVA METRO LLEGA A MANOS DE LA NASA
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) no perdió la oportunidad de hacerse de uno de loas 12 ejemplares del Metro que produjo EVA para probar su fiabilidad.
Según los estudios de la NASA, las baterías de este auto eléctrico tenían una vida útil que rondaba los 45 mil kilómetros, mientras que el tiempo de carga al conectarlo a un tomacorriente doméstico de 220 voltios era de seis horas. Además, las baterías necesitaban la adición regular de agua destilada.
El motor eléctrico generaba 12 CV, que le permitían acelerar de 0 a 50 km/h en 12 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 90 km/h. Según la agencia espacial, este vehículo podía recorrer un máximo de 69 kilómetros con una sola carga, a una velocidad constante de 40 km/h.
Sin embargo, a mayor aceleración menor autonomía, tal como se demostró al ir a unos 85 km/h, velocidad con la que el R-12 modificado solo pudo recorrer 36 kilómetros. Las cifras pueden parecer poco relevantes en la actualidad, pero en los ‘70 causaron tal impacto que uno de estos modelos formó parte del desfile de asunción de Jimmy Carter como Presidente de Estados Unidos en 1977.
EVA vendió el Metro tanto a clientes particulares como a empresas. Siete unidades se vendieron a la provincia canadiense de Manitoba en 1975; posteriormente dos de ellas fueron donadas a la Universidad de Manitoba en Winnipeg. Las otras cinco fueron subastadas, terminando cada una de ellas en Gimli, Winnipeg, Calgary, Edmonton y Ottawa.
Aparentemente, solo dos EVA Metro sobrevivido al paso del tiempo. Una sigue en Canadá y la otra está en Estados Unidos y recientemente fue adquirida por un coleccionista de que se propuso restaurarlo y equipándolo con un conjunto eléctrico moderno para dejarlo 100% funcional y eficiente.