A lo largo de su calendario, la Fórmula 1 transita por diferentes trazados que cuentan con curvas emblemáticas. Montecarlo tiene a Lowes, Spa-Francorchamps a Eau Rouge; Imola a Tamburello; Monza a la Parabólica; por nombrar algunas. Estos son sectores que, por sus características, ponen a prueba la habilidad de los pilotos y la confiabilidad de los vehículos.
El circuito Gilles Villeneuve de Montreal también tiene una variante que merece respeto, aunque su nombre es una clara alusión a los riesgos que conlleva transitarla a fondo. Se trata del Muro de los Campeones, como se conoce a la salida de la curva 13 del circuito canadiense.
Aunque este escenario fue inaugurado en 1978, recién en 1999 este sector de la pista fue bautizado oficialmente. ¿El motivo? Durante el GP de Canadá de aquel año el muro “recibió con los brazos abiertos” a tres monarcas de la especialidad.
En la vuelta 14 se pegó el inglés Damon Hill (Jordan), rey en 1996; en el giro 29 fue el turno del alemán Michael Schumacher (Ferrari), quien hasta entonces tenía un par de coronas; mientras que la ronda 34 fue el turno del local Jacques Villeneuve (BAR), monarca dos años antes.
En esa edición había un cuarto campeón en la pista: el finlandés Mika Hakkinen (McLaren), el único que lo pudo sin ningún problema. De hecho, se quedó con el triunfo.
Los incidentes que luego tuvieron ahí otros consagrados, como el inglés Jenson Button (Brawn GP) en 2009; y el alemán Sebastian Vettel (Red Bull) en 2011, sirvieron para incrementar su fama.
Pero ¿por qué allí suceden tantos accidentes? Es que es un lugar clave para cerrar una buena vuelta. Los pilotos llegan al sector después de una recta en la que alcanzan los 320 km/h y tienen que hacer un justo cambio de dirección de derecha a izquierda que, inevitablemente, los lleva hacia el muro a unos 150 km/h.
Aquellos que son precisos con la maniobra pasan a milímetros del paredón y siguen sin problemas por la recta principal, pero los que se exceden en el afán de ser más veloces lo pagan con un tremendo golpe y pasan a formar parte de la extensa lista de pilotos que no lo pudieron vencer.