El automovilismo argentino está de luto. Hoy, 10 de enero de 2021, a los 83 años falleció Jorge Cupeiro, uno de los grandes talentos del deporte motor. El Gallego fue un piloto dúctil que se sobresalió en todas las categorías en las que participó.
“Corrí en Turismo Nacional en las clases, A, B, C y D. La única carrera de Gran Turismo que se hizo en la Argentina la gané yo con un Porsche. Corrí en Sport Prototipo, en TC A, en TC B, en Mecánica Argentina Fórmula 1 y en las 500 Millas de Rafaela, donde gané tres veces”, decía a modo de carta de presentación este hombre que nació el 15 de octubre de 1937, que comenzó a correr en motos de muy jovencito y logró 41 victorias en su campaña deportiva.
Fue el piloto del mítico Chevitú, el auto que transformó al TC a mediados de la década de 1960; y uno de los miembros de la Misión Argentina a las 84 Horas de Nürburgring de 1969. A modo de homenaje, lo recordamos con algunas de sus frases memorables.
-“Ni mi papá ni mi mamá sabían manejar. Yo era hijo de inmigrantes españoles muy humildes que no podían inducirme a correr; vivíamos en una casa de inquilinato en Las Heras entre Callao y Ayacucho. Correr fue una inquietud que tuve de chico. Con sólo 12 años ya tenía dos trabajos para poder comprarme la moto y empezar a correr. Me gustaba mucho, pero nunca supe por qué”.
-“La Misión Argentina a Nürburgring fue todo un logro porque era la primera vez que un equipo se salía del país para correr con autos argentinos. Hoy un campeón del mundo puede tener cualquier nacionalidad, pero no todos los países están preparados para hacer un Fórmula 1 que sea campeón del mundo. Y nosotros demostramos que teníamos capacidad deportiva y técnica para competir con los europeos”.
-“Para mí es fundamental que un piloto se maneje con corrección, tanto con sus rivales en la pista como fuera de ella. Eso era común en mi época, pero ahora se ha perdido. Es todo económico, materialista, no existen la amistad ni el compañerismo; cada cual tira para sí y no le importa nada del otro”.
-“Yo me pongo muy mal cuando veo que un piloto saca de pista a otro y luego declara livianamente que ‘son maniobras de carrera’. Antes en el TC no se aceptaban ese tipo de toques; si te llegaba a pasar algo así no te alcanzaba toda la semana para pedir disculpas”.
-“Un piloto no puede permitirse perjudicar a un rival, ni siquiera por un error involuntario; un piloto debe ser prácticamente infalible, para eso es profesional. El piloto que antes tocaba a otro era considerado un idiota. Ahora es considerado un idiota el que no toca”.
-“Me gusta Matías Rossi porque es rápido y es muy prolijo para elegir las maniobras. Pero también porque es muy centrado debajo del auto, no es ampuloso. Vos lo ves al Pato Silva, por ejemplo, que gana una carrera y hace tanta bandera como si hubiera ganado el campeonato del mundo…”.
-“Juan Manuel Fangio fue mi maestro, el más grande. En su momento de esplendor era casi imbatible para cualquier piloto del mundo”.
-“A nosotros Fangio nos inculcó la humildad y la mesura en el festejo. Hacer tanto circo es forrear al segundo y al tercero, que te acompañan en el podio. Fangio decía: ‘Hay que luchar siempre por ser el mejor, pero nunca creerse el mejor’. El campeón es aún más grande si es humilde”.