A mediados de la década de 1950, los mejores pilotos del mundo mostraban su talento en nuestro país a través de dos competencias de relevancia: el Gran Premio de la Argentina de Fórmula 1 y los 1.000 Kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires de Sport. Ambas carreras se disputaban en el mes de enero, con pocos días de diferencia, en el Autódromo Municipal de Buenos Aires.
Aunque la entonces joven F.1 captaba muchísimo interés por los éxitos del balcarceño Juan Manuel Fangio, los pruebas de sport también tenían su atractivo ya que permitía ver en acción a vehículos de diferentes clases y excelentes prestaciones exigidos al máximo durante más de seis horas, casi el doble de tiempo de un Grand Prix.
El primer torneo del Campeonato Mundial de Sport se realizó en 1953 y su calendario constó de siete fechas: las 12 Horas de Sebring en Estados Unidos, las Mille Miglia en Italia, las 24 Horas de Le Mans en Francia, las 24 Horas de Spa-Francorchamps en Bélgica, los 1.000 Kilómetros de Nürburgring en Alemania, el RAC Tourist Trophy en Gran Bretaña y la Carrera Panamericana en México.
El éxito que había tenido la primera edición del Gran Premio de la Argentina de Fórmula 1 disputado en el ‘53 le dio a nuestro país la posibilidad de ser una de las seis fechas del campeonato de 1954 del Mundial de Sport. Aquellos primeros 1.000 Kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires los ganaron los italianos Giuseppe Farina y Umberto Maglioli a los mandos de una Ferrari 375 MM oficial.
La carrera se realizó en el circuito perimetral del Autódromo y en un sector de la Av. General Paz, desde el Puente La Noria (del lado de provincia) hasta la actual Autopista Richieri. La decisión de correr también fuera del entonces llamado Autódromo 17 de Octubre le costó a la organización perder mucho dinero ya que el público seguía la carrera de manera gratuita al costado de la General Paz en lugar de pagar una entrada y tener un lugar en las tribunas…
No obstante, la experiencia se repitió en 1955. Incluso se extendió el trazado en siete kilómetros incluyendo parte de la Richieri para llegar a una extensión de 17.136 metros. Para darle un atractivo extra a los fanáticos se sumó al Turismo Carretera como una categoría independiente al Mundial de Sport.
Aunque la incertidumbre de la realización de la competencia hizo que varios equipos oficiales desistieran de correr, como Lancia, Jaguar, Aston Martin o Alfa Romeo, hubo un total de 55 inscriptos, de los que largaron 52. Los anotados por el Mundial se dividieron en tres clases según su motorización: más de 3.000 cm3, de 1.501 a 3.000 cm3 y hasta 1.500 cm3.
La victoria en la general quedó para la dupla argentina compuesta por Enrique Sáenz Valiente y José María Ibáñez, quienes se alternaron en la conducción de una Ferrari 375 Plus equipada con un motor de 4.500 cm3 que desarrollaba 330 caballos a 6.500 vueltas. Originalmente, la idea de Sáenz Valiente era compartir su auto con Fangio, quien estaba entusiasmado con la idea, pero decidió no hacerlo por su compromiso con Mercedes-Benz.
Aquel 23 de enero y bajo una temperatura de 34 grados, el binomio Sáenz Valiente- Ibáñez tuvo una dura lucha con el dúo formado por el arrecifeño José Froilán González y el francés Maurice Trintignant con una Ferrari 118LM de la Scuderia Ferrari. Los dos autos fabricados en Maranello se destacaron sobre el resto de los competidores con una velocidad final cercana a los 300 km/h sobre la extensa recta que iba por la Richieri hacia Ezeiza.
En la primera parte Sáenz Valiente y Trintignant tuvieron una particular lucha en la que se alternaron la vanguardia varias veces hasta que el argentino logró una buena ventaja que superó el minuto y cuarto. En la 20 vuelta, de las 58 disputadas, los líderes entraron a boxes para el cambio de pilotos.
González salió con el cuchillo entre los dientes y llegó a descontar 40 segundos aprovechando las bondades de su máquina y la falta de “timing” de Ibáñez, quien hacía un año que no competía. Sin embargo, la Ferrari de Pepe no aguantó el ritmo y abandonó en el 27° giro por la rotura de la bomba de agua. Antes el Cabezón marcó el récord de vuelta con 6m06s1/10 a 168,504 km/h…
El líder no tuvo tiempo de sentir alivio por la ausencia del rival: un perro se cruzó en medio de la pista, lo embistió a 280 km/ y dañó el radiador de su máquina. Ese incidente obligó a tres ingresos a boxes y eso le permitió acercarse a Clemar Bucci, que compartía con Maglioli una Ferrari 750 Monza oficial. Bucci llegó a ponerse a 10 segundos de Ibáñez, pero una falla mecánica lo dejó a un costado en la 33ª vuelta.
Con los autos de la Scuderia marginados, Sáenz Valiente, quien se subió de nuevo sobre el final de la prueba, e Ibáñez ganaron con más de cinco minutos de ventaja sobre Carlos Najurieta-Cesar Rivero (Ferrari 375MM) y dos vueltas sobre José Faraoni-Ricardo Grandio (Maserati A6GCS).
Detrás del pelotón de los Sport, el Turismo Carretera tuvo su propia batalla por la primera fecha de su campeonato. Los TC arrancaron dos minutos después que los participantes del Mundial y tenían como orden mantener su derecha en las extensas rectas para no entorpecer el veloz andar de los vehículos del Mundial.
El que picó en punta en la largada fue Juan Carlos Garavaglia (Ford), quien en la clasificación había perdido la pole ante Pablo Birger (Ford) por 14 segundos. Garavaglia mantuvo la punta hasta que cedió a la presión de Oscar Gálvez (Ford), quien se mantuvo al frente del pelotón pese a tener que parar un par de veces en boxes. Ya sobre el final de la competencia los TC tuvieron que levantar el ritmo para tratar de llegar a la meta, algo que solo hicieron nueve de los 28 autos que largaron.
El Aguilucho, octavo en la clasificación general de los 1.000 Kilómetros a seis vueltas de los ganadores, se impuso entre los TC con un giro de ventaja sobre Garavaglia, quien cerró el Top Ten. Mientras que el último escalón del podio quedó para Guillermo Airaldi (Alfa Romeo 1900), undécimo entre todas las clases.
Aquella edición de los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires, de las cual se cumplieron ya 60 años, fue la única vez que el Mundial de Sport y el Turismo Carretera compartieron una pista. Algo digno de recordar.
1.000 KM CIUDAD DE BUENOS AIRES 1955 (58 VUELTAS)
POS. | PILOTOS | AUTO/CLASE | TIEMPO/DIF. |
1 | Enrique Sáenz Valiente-José María Ibáñez | Ferrari 375 Plus/Sport 3.0 | 6h35m15s |
2 | Carlos Najurieta-César Rivero | Ferrari 375MM/Sport 3.0 | 6h40m12s |
3 | José Faraoni-Ricardo Grandio | Maserati A6GCS/Sport 3.0 | a 2 vtas. |
4 | Jaroslav Juhan (GTM)-Jorge Salas Chaves | Porsche 550 Spyder/Sport 1.5 | a 2 vtas. |
5 | Elie Bayol (FRA)-Harry Schell (EUA) | Gordini T24S/Sport 3.0 | a 4 vtas. |
6 | Jorge Camaño-Oscar Camaño | Ferrari 212/Sport 3.0 | a 4 vtas |
7 | Alejandro De Tomaso-Oscar Reyes | Maserati A6GCS/Sport 3.0 | a 6 vtas. |
8 | Oscar Gálvez-Eduardo Martins (BRA) | Ford V8/TC | a 6 vtas. |
9 | Louis Milan-Elpidio Tortone | Ferrari 625TF/Sport 3.0 | a 7 vtas. |
10 | Juan Carlos Garavaglia-Manuel Rodríguez | Ford V8/TC | a 7 vtas. |
HISTORIAL 1.000 KM BUENOS AIRES
AÑO | PILOTOS | AUTO |
1954 | Giuseppe Farina (ITA)-Umberto Maglioli (ITA) | Ferrari 375 Plus |
1955 | Enrique Sáenz Valiente (ARG)-José María Ibáñez (ARG) | Ferrari 375 Plus |
1956 | Stirling Moss (ING)-Carlos Menditeguy (ARG) | Maserati 300S |
1957 | Masten Gregory (EUA)-Eugenio Castellotti (ITA)-Luigi Musso (ITA) | Ferrari 290 MM |
1958 | Peter Collins (ING)-Phil Hill (EUA) | Ferrari 250 Testa Rossa |
1960 | Phil Hill (EUA)-Cliff Allison (ING) | Ferrari 250 TR59/60 |
1970 | Jean-Pierre Beltoise (FRA)-Henri Pescarolo (FRA) | Matra-Simca MS630/650 |
1971 | Jo Siffert (SUI)-Derek Bell (ING) | Porsche 917K |
1972 | Ronnie Peterson (SUE)-Tim Schenken (AUS) | Ferrari 312 PB |
EL PREMIO
Por ganar los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires de 1955 la dupla Enrique Sáenz Valiente-José María Ibáñez se ganó 85.000 pesos. Sáenz Valiente, dueño del auto, quiso dividir el reconocimiento económico con su pareja. Sin embargo, Ibáñez no lo aceptó. “El coche y los gastos los puso usted, ¿cómo voy a aceptar un premio si me dejó correr gratis?”, le dijo.
Asimismo, la dupla llegó a estar en negociaciones con Ferrari para correr con un auto oficial en las 24 Horas de Le Mans de ese año, pero las tratativas no llegaron a buen puerto.