Las pruebas que realizó la Fórmula 1 en Bahrein el martes 2 y el miércoles 3 de abril serán recordadas por mucho tiempo por un motivo: el alemán Mick Schumacher. Es que el hijo de Michael Schumacher, el piloto más exitoso de la categoría con siete coronas, tuvo su primer contacto oficial con la Máxima gracias a los tests que realizó con Ferrari, durante la primera jornada; y Alfa Romeo, en la segunda.
Ser el heredero de Schumi le permitió a Mick lograr algo que solo logran unos pocos jóvenes. De hecho, si bien desde este año pertenece a la Ferrari Academy, no es habitual que la Scuderia les permita a sus noveles integrantes subir a uno de sus autos apenas llegan al programa.
Mick tuvo a su primer contacto con la F.1 luego de cuatro temporadas completas dentro del automovilismo. En 2015 corrió en la ADAC Fórmula 4 de su país. Disputó 22 carreras, ganó una y terminó décimo en campeonato. En 2016 siguió en esta categoría y también participó en la Fórmula 4 Italiana. En ambas logró el subcampeonato (en la categoría peninsular detrás del argentino Marcos Siebert).
En 2017 y 2018 saltó a la Fórmula 3 Europea. Su temporada debut fue discreta: Un podio en 30 carreras y el 12º lugar en el certamen. Pero el año pasado se lució al ganar el título luego de conseguir ocho victorias en 30 carreras, siete poles, cuatro récords de vuelta y un total de 14 podios.
Este año continúa su campaña deportiva en la Fórmula 2, también con Prema como lo hizo en los dos ejercicios anteriores. Debutó justamente en Sakhir, en la previa del GP de Bahrein de F.1, y sumó puntos en las dos carreras al llegar 8º y 6º.
Tras el estreno en la categoría telonera de la Máxima, a las 48 horas se sentó en un F.1 y nada menos que de Ferrari, el equipo con el que su padre consiguió cinco de sus siete cetros. No desentonó: marcó el segundo tiempo detrás del holandés Max Verstappen (Red Bull) en una jornada que se vio entorpecida por la lluvia. Al día siguiente volvió a repetir la experiencia, aunque esta vez sobre un auto del Alfa Romeo Racing. Esta vez terminó sexto.
“Me divertí mucho durante los dos días. Ambas escuderías se mostraron muy abiertas y me enseñaron muy bien los puntos que tenía que saber”, explicó Mick, que giró ante la presencia de su madre Corinna y de su abuela. “Es difícil comparar los dos días ya que en la primera jornada llovió, pero en ambos hice un trabajo decente y puede estar feliz por eso”, añadió.
Obviamente, de las dos experiencias la que más destacó fue la de Ferrari por el significado que tuvo estar en el mismo equipo con el que corrió el Kaiser. “Fue muy agradable… Me sentí como en casa porque estuve con gente que me conoce desde niño”, dijo.
“La SF90 es increíble por sus 1.000 caballos, pero también es bastante simple de conducir. Por eso me divertí tanto”, aseguró Schumacher Jr, sin darse cuenta de revelar un dato que el paddock siempre quiso saber respecto a la potencia de los autos de la Scuderia.
“El aspecto que me impresionó mayormente fueron los frenos, son muy potentes. Me parecía que podía frenar poco a poco más tarde, a tal punto que tenía la certeza de que el auto podría tomar la curva”, añadió.
La prueba de Mick con la Rossa fue bien recibida por la prensa italiana, que llegó a afirmar que puede ser un digno reemplazante de su compatriota Sebastian Vettel.
“Ferrari mira hacia un futuro en el que no hay sitio para Vettel. Mick pronto podría estar al lado de Leclerc”, afirmó, por ejemplo, Corriere Dello Sport en clara referencia a los últimos errores de Vettel y al protagonismo del monegasco en Bahrein, tercero tras largar desde la pole y liderar durante varias vueltas.
El tiempo dirá que sucederá con el futuro de Mick Schumacher, pero por lo pronto él mismo se encargó de no pasar desapercibido en su desembarco en la Máxima.