Una vez más el australiano Michael Masi, director de carrera de la Federación Internacional del Automóvil para la Fórmula 1, fue protagonista de un Gran Premio por su actuación. Esta vez tuvo que dar la cara por lo ocurrido en el Gran Premio de Bélgica, donde la lluvia obligó a posponer su inicio durante más de tres horas e incluso a que los pilotos dieran un par de vueltas con el auto de seguridad al frente del pelotón antes de detener la prueba definitivamente con bandera roja.
“Desafortunadamente no pudimos recorrer la distancia completa, pero lo intentamos utilizando todas las disposiciones reglamentaria disponibles e incluso el Código Deportivo Internacional”, explicó Masi en alusión a que el CDI les permitió pasar por alto el máximo de espera de tres horas para que se pudiera realizar la competencia.
“Estábamos en contacto constante con nuestro proveedor meteorológico oficial y había una ventana que parecía que nos iba a beneficiar. Les avisamos a los equipos 10 minutos antes y lo intentamos, pero luego el clima nos volvió a superar”, explicó el miembro del ente rector.
Respecto a la posibilidad de correr al día siguiente, Masi lo descartó. “No había posibilidad de posponer la carrera”, aseguró. Es por eso que, según explicó, se hizo todo lo posible para competir el domingo, pero el clima les jugó una mala pasada. En ese sentido admitió que, “desde la perspectiva de la FIA y de la Fórmula 1, la seguridad es primordial para los pilotos, los equipos y todos los espectadores”.
Por último sostuvo que lo ocurrido “es decepcionante para todos los involucrados porque no pudimos alcanzar la distancia completa”. Y agregó en referencia a que la carrera otorgó la mitad de puntaje: “hicimos lo mejor que pudimos para darnos la oportunidad… pero al menos conseguimos algo”.