Aquellos fanáticos de Fernando Alonso que esperaban ver un milagro en el Gran Premio de Australia que le permitiera al bicampeón español pelear adelante chocaron con la triste realidad: la dupla McLaren-Honda se mostró poco competitiva en Melbourne como ocurrió en las pruebas de pretemporada.
Alonso se despidió de la clasificación en la Q2 al quedar 13º y a medio segundo del corte que permitía continuar en la siguiente manga. Mientras que su compañero, el belga Stoffel Vandoorne, no superó ni siquiera la Q1 por una falla en la bomba de combustible. En carrera los resultados tampoco acompañaron: Alonso abandonó a tres giros del final cuando estaba en la zona de puntos por un problema en la suspensión y Vandoorne llegó 13º a dos vueltas del ganador.
“Sabemos que no estamos donde queremos o necesitamos estar ya sea en función del rendimiento o de la fiabilidad, pero estamos trabajando con Honda para revertir la situación. Estoy muy impresionado por el espíritu de colaboración que existe entre nosotros y ellos”, afirmó el francés Éric Boullier, director de carrera del team de Woking.
Pese a esta triste realidad, Alonso se mostró tranquilo y esperanzado. “No creo que irme a casa sea la solución al problema. En todo caso la solución será mejorar lo antes posible, y por supuesto, exigirle al equipo una reacción”, explicó.
Lo cierto es que la situación de McLaren y del propio Alonso no es ajena al resto del paddock. Tal es así que el inglés Lewis Hamilton, quien logró el primero de sus tres títulos con la escudería fundada por Bruce McLaren, se tomó tiempo para reflexionar sobre el tema. “A todos nos gustaría que Fernando tuviera un buen coche y pudiera estar adelante. Creo que todavía nos falta por ver lo mejor de Fernando y la Fórmula 1 lo necesita porque siempre quieres correr contra los mejores”, admitió el británico, quien compartió equipo con Nano en 2007 hasta que una serie de polémicas culminaron con el regreso del ibérico a Renault.
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