En su mejor temporada en la Fórmula 1, el neerlandés Max Verstappen rindió el examen que le faltaba para demostrar que puede ser un digno campeón: ganar ante su público, con todo lo que eso significa para un joven de 23 años. El muchacho de Red Bull no solo cruzó primero la bandera de cuadros en el Gran Premio de Holanda en el circuito de Zandvoort, sino que lo hizo después de una carrera perfecta y a la altura de sus ambiciones.
Este éxito, el séptimo del año, le permitió volver al primer puesto del campeonato con tres puntos de ventaja sobre el inglés Lewis Hamilton (Mercedes). Aunque lo importante del weekend es que dejó claro que la presión no hace otra cosa que potenciarlo.
“Hemos tenido el fin de semana perfecto, no puedo pedir más. Estoy muy contento de ganar aquí y de liderar el campeonato. Es un día increíble. Podemos estar contentos con el rendimiento de todo el equipo y los espectadores también han estado espectaculares”, aseguró Mad Max, que se impuso luego de partir desde la pole position.
“Las expectativas eran muy altas antes de empezar el fin de semana y nunca es fácil que se vuelvan realidad”, reconoció el vencedor del GP holandés, que compartió el podio con Hamilton y el finlandés Valtteri Bottas (Mercedes).
Respecto a la lucha con los pilotos de las Flechas Negras, Verstappen hizo hincapié en su ritmo y la buena estrategia. “Les hemos contrarrestado muy bien. Lewis presionó y eso me llevó a gestionar la diferencia para que no nos pudieran hacer un undercut. Perdí algo de tiempo con el tráfico, pero hemos acertado con las decisiones”, admitió.
Pero por más de su felicidad, Max tiene los pies en la tierra y sabe que aún queda un largo camino por recorrer. “El campeonato puede caer de cualquier lado; todavía quedan muchas carreras. No va será fácil”, analizó.