Después del dominio de Lewis Hamilton (Mercedes) en los dos primeros entrenamientos del GP de Mónaco, la actuación de Charles Leclerc (Ferrari) en el tercer y último entrenamiento le daba una esperanza a los tifosi. El monegasco había sido el más veloz de la tanda en contraste con Sebastian Vettel, que se había pegado con un guard-rail.
De cara a la clasificación, Leclerc tenía todas las fichas para convertirse en un dolor de cabeza para los pilotos de las Flechas de Plata. Pero una vez más, la propia Scuderia se encargó de estropearlo todo.
El principio del fin ocurrió por otro error de Vettel en la Q1. Rozó los guard-rail en su intento de hacer un buen tiempo y se fue a boxes para que sus mecánicos revisaran el auto.
En ese momento Leclerc parecía tener el pase asegurado a la Q2 y su ingeniero lo llamó a los boxes. Entró y, obviamente, con el circuito en mejores condiciones fue cayendo en el clasificador.
¿Cómo terminó la historia? Vettel volvió a la pista y marcó el mejor tiempo; mientras que el monegasco quedó eliminado.
“Cometimos un error…. Así es como podemos llamar a lo que sucedió, nada más. Fue una evaluación incorrecta de lo que llamamos el tiempo límite”, reconoció Mattia Binotto, jefe del equipo Ferrari, tras la clasificación.
“El tiempo límite es el umbral en el que creemos que pasamos cómodamente a la próxima sesión. El tiempo de corte se calcula en tiempo real según lo que podemos ver en la pista, en función de los sectores en tiempo real de todos los pilotos. Cuando se calcula el tiempo de corte, normalmente agregamos un margen amplio para remediar cualquier inconveniente que pueda ocurrir durante una sesión. Ciertamente lo que sucedió es que el margen que aplicamos no fue suficiente o muy pequeño”, agregó el team-manager, aunque eso no fue consuelo para Leclerc…