A Matías Rossi aún le duda la bronca por el particular fin de semana que le tocó vivir en El Villicum, donde el Súper TC2000 disputó la novena fecha de su torneo. No es para menos ya que en la carrera clasificatoria del sábado le pusieron una serie de sanciones y eso lo llevó al 18° puesto. Ofuscado por lo sucedido no corrió el domingo y esa decisión podría extenderse en el tiempo.
Allegados del Misil afirman que podría bajarse definitivamente del Súper y, en consecuencia, de automovilismo argentino. Por lo pronto, Darío Ramonda, responsable del Toyota GAZOO Racing, puso en duda que estuviese presente en la siguiente presentación de la categoría, que se realizará en Rosario (Santa Fe).
Esta misma semana o, a más tardar la próxima, habría una reunión cumbre entre Rossi y su equipo para terminar de definir la situación. Algunos apuestan a que el paso de los días aquietará las aguas y que todo quedará como un mal trago.
Aunque también están los que piensan que Rossi será intransigente con su postura. No solo por lo sucedido con las penalizaciones, sino por esa “persecución”, como la llaman dentro de su escudería, que vivió en los días anteriores a la cita sanjuanina.
El fin de semana previo, Rossi había corrido en el StockCar Brasileño y, según el protocolo vigente hasta ese momento, debería haber permanecido varios días en cuarentena, algo que le hubiese impedido correr en El Villicum.
Sin embargo, horas antes del inicio de la actividad de la prueba cuyana el gobierno nacional anunció que aquellos argentinos que regresaban al país ya no debían estar aislados, una medida que le permitió a Rossi presentarse en el STC2000.
Para evitar cualquier otra polémica, Toyota le creó una burbuja para no poner en riesgo a nadie. Viajó el sábado en un vuelo privado y desde que llegó al autódromo estuvo solo en un motorhome. La única persona con la que tuvo contacto fue su ingeniero de pista. Pese a todo eso algunos rivales estaban en desacuerdo con que estuviese presente.
Todo esos comentarios, sumado a las penalizaciones que recibió por no respetar la velocidad de largada y excederse de los límites de la pista en reiteradas oportunidades, provocaron en Rossi una furia que desató el domingo cuando se opuso a correr.
Si Rossi decide bajarse definitivamente del Súper TC2000, igual se mantendría ligado a la marca nipona a través del StockCar Brasileño y desarrollando el Toyota Corolla TCR que se está fabricando en Córdoba. Este proyecto es muy importante para la compañía ya que el TGR será el encargado de construir todos los Corolla que luego se podrán utilizar en diferentes torneos TCR del mundo.
Es más una vez que el auto esté homologado y en condiciones de competir, Rossi podría desembarcar en el TCR South America con algún equipo que represente a la marca japonesa ya que no puede haber estructuras oficiales.