Colin Chapman fue un grande del mundo automotriz. Fundador de Lotus, con su marca introdujo la filosofía de “menos es más”, la cual demostró ser realmente efectiva. Es que más vale un auto ligero con una excelente puesta a punto que uno pesado, grandote y con mucha potencia, pero incontrolable. Básicamente, la antítesis de la filosofía estadounidense…
Lamentablemente, Chapman falleció en 1982, poco tiempo después de haber presentado al mundo su última creación, el Lotus Esprit S3. Propulsado por un motor de cuatro cilindros de 2.2 L turbo capaz de producir 215 CV, este auto tiene el honor de ser uno de los primeros con turbo de la firma británica. Con un peso inferior a los 1.100 kilos, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 6.0 segundos y rozar los 250 km/h de velocidad máxima.
Por si misma la unidad que hoy nos compete es bastante especial. Y no es para menos ya que se trata del auto personal del propio Chapman. ¿Y por qué hoy es noticia? Porque fue vendida recientemente por un concesionario británico. Aunque no se sabe cuánto se pagó por la unidad, su precio base era de 157.000 dólares.
Este Esprit S3 fue construido en febrero de 1981 y se patentó en agosto del mismo año. Cuenta con la curiosidad de que fue exhibido durante la visita de Margaret Thatcher, por entonces primera ministra del Reino Unido, al cuartel general de Lotus. Aparentemente, la mandataria quedó muy satisfecha con lo que vio ese día, en el que incluso llegó a subirse a la máquina.
Con este antecedente, no resulta extraño que la marca lo haya guardado como un verdadero tesoro hasta 1983, cuando fue vendido a un particular. Desde entonces, cambió de dueño en al menos cuatro ocasiones.
El auto se encuentra en perfecto estado y en el cuentakilómetros cuenta con 16.000 km, de los cuales poco más de 7.000 fueron realizados por el propio Chapman. Con respecto a su equipamiento, se destaca por su interior forrado en cuero rojo, llantas BBS, pomo de palanca de cambios de madera, equipo de sonido Panasonic, aire acondicionado y dirección hidráulica.
Un comentario