Los secretos de la Ferrari de Fórmula 1 más exitosa de todos los tiempos

¿Cómo definir un auto que domina desde el comienzo hasta la bandera de cuadros y que le saca diferencias embarazosas a la competencia? Frente a la hegemonía técnica-deportiva de la Ferrari F2004 utilizada en la temporada 2004 de la Fórmula 1 las frases como “coche estratosférico” o “máquina de otra categoría” eran moneda corriente en todos los medios del mundo. Y eso que muchos no habían creído a varios técnicos del Cavallino Rampante cuando, en la presentación del bólido ya lo habían llamado el mejor de todos los tiempos.

En la víspera del Gran Premio de Australia, la primera carrera de aquel torneo, una conocida revista inglesa, considerada la Biblia de los coches de carreras, titulaba incluso: “… Explicamos por qué al final de la temporada Michael Schumacher se retirará y por qué Kimi Raikkonen y McLaren-Mercedes interrumpirán la hegemonía de Ferrari, para ganar el campeonato del mundo y de los Constructores…”. No podrían haber errado más: dos años después de la F2002, que muchos consideraban por entonces el mejor Ferrari de todos los tiempos (ganó 14 carreras en 2002), la F2004 resultó aún mejor. ¿Cuál fue su secreto para ganar?

Al igual que con el McLaren MP4/4, no fue una sola característica técnica la que generó las victorias, sino una suma de factores que colocaron a Ferrari al frente de la Copa de Constructores por sexto año consecutivo.

Más fluido que el McLaren MP4/19 y que el Renault R24 y menos revolucionario que el Williams FW26, que ese año introdujo en la F.1 con la trompa “morsa”, el F2004 resultó no solamente un coche de una técnica cercana a la perfección, sino que también fue la lógica evolución del F2003 GA, la Ferrari dedicada a Giovanni Agnelli y campeona el año anterior, pero no apabullante.

En Maranello siempre supieron que el potencial técnico de ese proyecto era alto, pero se mantuvo en gran parte oculto debido a la infeliz interpretación de regulaciones reglamentarias y al errático funcionamiento de los neumáticos Bridgestone. Por eso en el otoño europeo de 2003 el inglés Ross Brawn, el sudafricano Rory Byrne y el italiano Paolo Martinelli decidieron mantener el camino emprendido ese año y corregir los defectos de un coche nacido con doce meses de antelación.

El acortamiento de la distancia entre ejes (aproximadamente de cinco pulgadas) y una pasada en limpio a la aerodinámica permitieron recuperar gran parte de la carga perdida con la entrada en vigor de la nueva normativa más restrictiva. El resto se hizo por la dinámica de fluidos internos renovados, una suspensión trasera excelente con amortiguadores “rotativos” y un motor 10 cilindros revitalizado (código “053”). Más que a la reducción de peso, en 2004 las Ferrari apuntaron a rendimiento y durabilidad.

Con 900 caballos de fuerza (muchos incluso dicen que más) muy fiable y entregados con impresionante progresión, el “053” Ferrari se confirmó enseguida como el mejor impulsor del lote, superando a los V10 hechos en Alemania (BMW y Mercedes), Inglaterra (Jaguar) y Japón (Honda y Toyota). La polifuncional Ferrari de Maranello era un verdadero monstruo de fiabilidad, lo que allanó el camino hacia la conquista del séptimo título mundial de Michael Schumacher, mientras que las ambiciones de los competidores se veían socavadas por una impresionante variedad de humo blanco, signo irrefutable de muchas y preocupantes roturas.

Por último, pero no menos importante, estuvo el tema de los neumáticos. El título de Ferrari en 2004 también llevó el signo de Bridgestone, ampliamente redimido después del estancamiento de 2003, superando a Michelin en cada condición del tiempo y a cualquier temperatura.

FERRARI CONTRA EL RESTO DEL MUNDO

¿Pero cuánto vale el doble título mundial de Ferrari en el 2004? Los números nos dicen que La Rossa ganó en quince de las veinte carreras del calendario con Schumacher (13) y el Rubens Barrichello (2). Es decir, el 83% de las carreras en el programa, mientras que el porcentaje de victorias de McLaren en 1988 fue de 93%. Pero, como se ha dicho, los números deben ser interpretados. Si en la temporada de 1988 Ayrton Senna y Alain Prost tuvieron que lidiar solo con dos Ferrari y una plétora de motores aspirados y decididamente menos competitivos, en 2004 la Scuderia tuvo como competidores a la crema del mundo automovilístico.

En esa temporada todos los grandes fabricantes estuvieron presentes con sus equipos o sus motores en la Fórmula 1 y el período que va desde 2000 hasta 2006 es también aquél en el que los equipos más gastaron en la categoría entonces regenteada por Bernie Ecclestone.

Desde ese punto de vista, algún temerario tal vez diga que lo sucedido allí es una repetición de la historia de siempre del pequeño David que venció al gigante Goliat. El pequeño Ferrari que ridiculiza gigantes como Mercedes, Toyota, Honda, BMW y Ford. Pero para ello habría que animarse a considerar a Ferrari como un David del mundo deportivo…

FERRARI F2004: TODAS SUS CARRERAS