En 2022 la Fórmula 1 iniciará una nueva etapa en su historia a partir del remozado reglamento técnico. Los nuevos autos no solo contarán con nuevas cotas, sino también con un nuevo desarrollo del Halo, el sistema de seguridad que protege el habitáculo del monoplaza.
La Federación Internacional del Automóvil trabaja en esta nueva estructura a la que bautizó como Halo 4. Todas sus mejoras están basadas en los datos que la institución recogió del accidente del francés Romain Grosjean en el GP de Bahrain de 2020 cuando su Haas se incrustó contra un guard-rail y luego se prendió fuego.
El informe de la FIA determinó que Grosjean soportó un impacto frontal de 67G e identificó 22 áreas para mejorar la seguridad de los autos, algunas de ellas relacionadas con el Halo.
Esta estructura se comenzó a utilizar en los F.1 en 2018. Está montada en la parte superior del cockpit y fijada al chasis por solo tres puntos: uno al frente del conductor y los otros dos a cada lado del sector posterior de la cabina.
En el choque de Grosjean contra la defensa de metal el parante frontal cedió, aunque no lo suficiente como para poner en riesgo la vida del piloto.
A raíz de este incidente, el Halo 4 estará integrado a la estructura del auto, algo que los ingenieros podrán hacer sin inconveniente al tener que crear el auto desde cero, cosa que no sucedió cuando se lo montó originalmente.
“Será un dispositivo mucho más fuerte y será capaz de soportar cargas más altas porque estará integrado en el diseño de los autos de 2022”, resumió Clive Temple, director del programa de automovilismo de la Universidad de Cranfield, institución que está participando en su desarrollo.