Además de ser uno de los músicos más relevantes de la historia del rock nacional, Luis Alberto Spinetta (23/01/1950-8/02/2012) también se lució como un gran artista plástico. De hecho, muchas de las tapas de sus discos fueron creadas por él mismo.
En su tiempo libre, El Flaco pintaba y dibujaba de todo. Y uno de sus temas preferidos eran los autos de líneas futuristas, que bien podrían ser definidos como “concept cars spinetteanos”.
“Yo tuve algunos buenos autos y sé lo que es tener un auto hermoso. Pero básicamente los autos, para mí, son para mirar. Son objetos bellísimos. Eso empezó con Fangio pasando a dos cuadras de casa”, reveló Spinetta a Rolling Stone en una entrevista de 2001.
El Flaco tuvo un Fiat 600 de color celeste, un Toyota Celica, un VW Escarabajo, un Ford Farlaine y hasta un Renault Clio. Pero su favorto era un Mercedes-Benz 280 SE 3.5 gris plata, que luego se lo vendió al guitarrista Héctor Starc.
Más allá de la gran variedad de vehículos que pasaron por sus manos, sentía especial favoritismo por una marca: Alfa Romeo. Por eso no era de extrañar que en algunos recitales luciera una remeta con el logo de la casa italiana.
“El auto es un ingenio de belleza exterior, de fabulosa pintura, de motor, pero a la vez es derogativo, de alto consumo de energía que no son buenos para la vida. Lo considero como un pasatiempo de segunda porque está destinado a un producto que no es ecológico. Dentro del dibujo de los autos subsiste en mí la conciencia de que es un producto absolutamente superficial”, afirmó alguna vez…
Durante una muestra llamada “Spinetta, los libros de la buena memoria”, realizada en la Biblioteca Nacional en diciembre de 2012 a los pocos meses de su fallecimiento, se pudieron ver varios de esos vehículos en los cuales ponía todo su talento e ingenio.
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