Los amantes de los Hot Rods, seguramente, sabrán apreciar a Loose Change, construido hace una década sobre la base de un camión Ford de 1932. El vehículo se destaca por su óxido, pero también por la increíble atención a los detalles, la creatividad y su estilo.
Tiene un motor Chevrolet V8 de 6.5 litros con carburadores triples Rochester que está acoplado a una transmisión Tremec TKO manual de cinco velocidades. Su poder se canaliza a un extremo trasero Halibrand Champ Car.
El parabrisas “pop-out” permite que los pasajeros experimenten una mayor sensación de velocidad. Una de las pocas partes pulidas es el tanque de combustible que está ubicado en el sector trasero en medio de las dos enormes ruedas traseras. En el sector posterior también se destaca una placa de matrícula de Texas de 1932.
Su interior coincide con el aspecto exterior. Los asientos son de metal con cojines de lana tejidos a mano y apoyacabezas de cuero. El túnel de transmisión y las puertas muestran el mismo aspecto degradado, mientras que el tablero está cubierto por cuero al tono y atornillado al torpedo (se usaron monedas de un centavo como arandelas).
Loose Change, que debe su nombre a una canción de Neil Young, fue vendido en una subasta por su propietario original por 38.000 dólares.
LOOSE CHANGE EN FOTOS