Lewis Hamilton y Ayrton Senna unidos por una pasión… la victoria

Mucho antes de que el fin de semana del Gran Premio de San Pablo se complicara de una manera tremenda, aunque luego terminó con una tremenda victoria, el inglés Lewis Hamilton, del equipo Mercedes de Fórmula 1, había compartido en sus redes sociales un posteo con una foto artística en la que se veían a él y al brasileño Ayrton Senna, su gran ídolo, caminando por la recta del circuito de Interlagos.

“Mi mayor inspiración. Era su forma de competir, su pasión por la vida y por el deporte. Pero más que nada fue la forma en que se enfrentó solo a un sistema que no siempre fue amable con él. Que el legado de Aryton Senna viva para siempre, especialmente este fin de semana”, escribió de manera profética el 11 de noviembre. Y efectivamente, eso sucedió en la misma pista en la que Ayrton logró una memorable victoria en 1991 con la caja de cambios hecha añicos.

Aunque las comparaciones son odiosas, el triunfo que consiguió Hamilton en el Gran Premio de San Pablo tiene ciertas semejanzas con aquella proeza de su gran héroe ya que ambos debieron sobreponerse a las adversidades.

Los 25 puestos de penalizaciones que sufrió durante el weekend, si se cuenta la exclusión de la clasificación que lo hizo largar último el sprint y los otros cinco por cambiar el motor de su unidad de potencia, fueron un duro escollo que debió superar para alcanzar la gloria.

El sprint lo terminó quinto, pero largó la carrera dominical décimo. Así y todo hizo una carrera brillante aprovechando al máximo el potencial de su Mercedes, que esta vez no le erró con la estrategia, y eso fue recompensado con grandes maniobras de sobrepaso, una sobre su rival en el torneo, el neerlandés Max Verstappen (Red Bull). Hamilton lo superó, se adueñó del primer lugar y le ganó la carrera por diez segundos.

Gane o pierda el campeonato, este GP siempre quedará en la memoria de Lewis Hamilton por el cariño recibido por el público, algo que lo motivó a llevar la bandera brasileña en la vuelta de honor y también ondearla en el podio… Como lo hacía Ayrton Senna.