Si bien el inglés Lewis Hamilton ya está acostumbrado a ganar en la Fórmula 1 y también en el Gran Premio de Gran Bretaña (tiene 87 victorias en la categoría y siete en Silverstone), el éxito que logró en la cuarta fecha de la temporada 2020 de la Máxima la recordará por mucho tiempo. Porque no siempre se consigue cruzar la meta con un neumático destrozado como le sucedió al piloto de Mercedes.
Hamilton, que largó desde la pole y se mantuvo firme al frente de la clasificación durante toda la carrera, se puso en alerta de la situación luego del incidente protagonizado por su compañero finlandés Valtteri Bottas, al que se le rompió la goma delantera izquierda a dos giros del final cuando el segundo puesto parecía seguro.
“Yo tenía controlada la degradación de la goma, así que cuando escuché que Valtteri había tenido un problema con la suya, miré mi neumático y todo parecía estar bien. Pero cuando vi que la rueda se comenzaba a romper, casi se me sale el corazón por la boca… Rezaba para que el coche cruzara la meta”, explicó el campeón.
“Simplemente conduje tratando de mantener la velocidad porque a veces la banda se despegaba de la llanta y frenaba el alerón… Casi no llego a las últimas dos curvas, pero gracias a Dios que lo hicimos. Definitivamente, nunca he experimentado algo así en la última vuelta. Es muy probable que, en algún momento, mi corazón se haya detenido”, añadió Hamilton, que gracias a este dramático triunfo y a la falta de puntos de Bottas (terminó 11°) ahora le lleva 30 unidades a su coequipier.