Aunque la frase del inglés Lewis Hamilton durante la parte final del Gran Premio de Abu Dhabi puede sonar a un descargo por haber perdido el título a manos del neerlandés Max Verstappen, también tiene mucho sentido si se analiza la actuación de la Federación Internacional del Automóvil a lo largo de la temporada 2021 de la Fórmula 1. “Esto ha sido manipulado”, disparó el piloto de Mercedes en una comunicación radial cuando a la carrera le quedaban unas pocas vueltas.
Las palabras del británico, que perdió el cetro a manos de Verstappen con un gran sobrepaso en el último giro, fue una directa referencia al confuso procedimiento de reinicio después del auto de seguridad que entró por el accidente del canadiense Nicholas Latifi (Williams).
De hecho, Mercedes objetó el resultado de la prueba por algo que consideró fuera del reglamento ya que solo el grupo de pilotos que estaba entre Hamilton y Verstappen recuperaran la vuelta y no todos los otros rezagados. Además, se acusó al piloto de Red Bull de haber sobrepasado en un momento al británico cuando ambos estaban calentando gomas y preparándose para el reinicio.
Las dos denuncias fueron desestimadas por la FIA, aunque la escudería alemana amenazó con apelar la medida, algo que debería hacer antes de que se cumpla el plazo de 96 horas.
Pero al margen de lo ocurrido en el GP de Abu Dhabi, es verdad que la dirección de carrera de la F.1, a cargo del australiano Michael Masi, tuvo muchísimo protagonismo a lo largo de la temporada con diferentes sanciones que perjudicaron por igual a los dos candidatos al título.
La demora de Masi al tomar algunas medidas o incluso tener diferentes criterios ante mismas situaciones marcaron, inevitablemente, la definición de campeonato. Sin dudas, una mancha negra en el torneo de F.1 más peleado en casi cinco décadas.
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