El inglés Lewis Hamilton, múltiple campeón de la Fórmula 1, afirmó que el severo rebote que tiene su Mercedes derivado del porpoising es un problema grave de seguridad, algo que pudo comprobar durante el último Gran Premio de Azerbaiyán en el veloz callejero de Bakú donde estuvo cerca de perder el control de su auto en múltiples ocasiones.
“Hubo muchos momentos en los que no sabía si iba a lograrlo… La batalla con el auto fue intensa. Rebotaba tanto que en varias oportunidades casi choqué contra la pared, por lo que era una preocupación en cuanto a la seguridad”, explicó Hamilton que aseguró que al final de la recta su auto llegaba a los 290 km/h.
El británico afirma que el W13 tiene mucho potencial, pero es difícil de demostrarlo por el poropising: “Hay mucho potencial en este auto, pero no podemos desbloquearlo hasta que detengamos este rebote. Haría cualquier cosa para evitar que esto continúe”.
Hamilton, que se acusó dolores en la espalda por la tendencia de su auto, también comparó el comportamiento de su auto con el de su compañero y compatriota George Russell, quien llegó tercero. “No tenía el mismo rebote que yo, tenía mucho menos rebote”, dijo antes de explicar que eso sucedió porque “tenía una parte experimental en el auto y una suspensión trasera diferente”.
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