La Fórmula 1 es la categoría más importante del planeta. Por ella han pasado grandes pilotos que gracias a sus proezas se convirtieron en leyendas. Tal el caso del argentino Juan Manuel Fangio, el brasileño Ayrton Senna o el alemán Michael Schumacher. Sin embargo, desde 1950 hasta nuestros días son pocas las mujeres que lograron correr. De hecho, sobran los dedos de una mano para identificarlas…
Solo las italianas María Teresa de Filippis y Lella Lombardi largaron Grandes Premios. La primera participó en tres GP’s entre 1958 y 1959 y la segunda en una docena entre 1974 y 1976. Las que se quedaron con las ganas fueron la inglesa Divina Galica, con tres intentos entre 1976 y 1978; la sudafricana Desiré Wilson, que quiso correr un GP en 1980; y la también italiana Giovanna Amatti, que pretendió disputar tres pruebas en 1992. Lombardi, hija de un carnicero y sin antecedentes en el deporte, no solo fue la que más veces corrió, sino que fue la única mujer que sumó puntos en el Mundial.
Después de hacer experiencia en categorías menores durante una década, algo que no le fue fácil por el hecho de ser mujer, Lella apareció en el paddock de la Máxima con buzo y casco en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1974 para conducir un Brabham-Ford Cosworth del Allied Polymer Group.
La muchacha de 33 años oriunda de la localidad de Frugarolo (un pequeño pueblo piamontés de unos 2.000 habitantes), tenía pelo corto y modales semejantes a los de un hombre, algo que hacía para sentirse parte del ambiente. Su debut no terminó bien: no logró clasificarse para correr y se convirtió en una curiosidad de aquel fin de semana en el circuito de Brands-Hatch.
Luego de varios meses sin actividad en la F.1, Lombardi volvió al ruedo en el torneo de 1975. Se presentó en el Gran Premio de Sudáfrica, la tercera cita de aquel certamen, para conducir un March-Ford Cosworth del March Engineering. Se aseguró el 26º y último puesto de la grilla tras quedar a más de tres segundos del poleman brasileño Carlos Pace (Brabham). Sin embargo, duró 23 vueltas en la carrera hasta que un problema en la bomba de combustible la obligó a abandonar.
Su segunda presentación fue en el Gran Premio de España, enrarecido por las amenazas de boicot por parte de los pilotos ante la falta de seguridad en la pista urbana de Monjuich. Clasificó 24º y desde ese lugar inició la prueba, que fue detenida luego de 29 vueltas de las 84 pactadas por un accidente del alemán Rolf Stomellen (Hill) que terminó con la vida de cinco espectadores.
Al momento de la bandera roja que marcó el final de la competencia, Lella estaba en el sexto puesto. Debido a que el GP otorgó la mitad de puntaje, la piamontesa sumó medio tanto y se convirtió en la primera representante femenina en lograr tal proeza.
Tras la competencia española se presentó en otros diez Grandes Premios y corrió nueve. En el GP de Austria logró su mejor posición en clasificación al terminar 20º; mientras que en el GP de Alemania en el temible Nürburgring logró su segundo mejor resultado al concluir séptima. Aquel campeonato de 1975 lo terminó 21º y última gracias a aquella media unidad sumada en el GP ibérico.
En 1976 su campaña no tuvo continuidad: se presentó en cuatro carreras y solo corrió en dos. La última fue en el GP de Austria con un Brabham-Ford Cosworth del RAM Racing. Llegó 12º luego de largar 24º.
Después de la Fórmula 1, Lombardi siguió vinculada al automovilismo. Participó en cuatro ediciones de las 24 Horas de Le Mans (fue 11ª en la edición de 1977), tuvo esporádicas participaciones en la Fórmula 1 Británica, el NASCAR y el DTM y hasta fundó su propio equipo.
Maria Grazia “Lella” Lombardi, aquella mujer que corrió más Grandes Premios de F.1 que ninguna otra, murió víctima de cáncer el 3 de marzo de 1992, a 23 días de cumplir 51 años. Hasta su último suspiro intentó ayudar a las mujeres a insertarse en el automovilismo y su ejemplo sirvió de mucho.