Por segundo año consecutivo, las 24 Horas de Buenos Aires reunieron a un grupo de entusiastas que rememoraron aquellas competencias de resistencia que realizaba la Asociación Pilotos Automóviles Turismo (APAT).
Las 80 tripulaciones que participaron en la edición 2022, realizada en el circuito N° 7 del Hermanos Gálvez, demuestran el gran atractivo que tiene esta propuesta en la que participaron vehículos del tipo sedán y coupé de 1961 y 2000 divididos en categorías por año y cilindrada.
La idea de esta carrera fue de Eduardo Ramírez, quien en su momento fue clave para que Esteban Tuero y Gastón Mazzacane lleguen a la Fórmula 1. “La idea me surgió hojeando unas revistas Automundo viejas que informaban sobre las carreras de larga duración que hacía le Turismo”, recordó el empresario.
Ramírez decidió darle al evento un toque muy particular. Está repleta de costumbres del viejo automovilismo, como la largada del tipo Le Mans en la que los competidores van corriendo hacia sus autos estacionados a 45° en la recta principal, el desfile de la Brigada Blanca de la Policía Federal y el reconocimiento a los ganadores con coronas de laureles.
También tiene otros grandes atractivos como exposiciones de arte, feria de autojumble, la exhibición de autos de diferentes clubes, una carrera de karting vintage y juegos para niños. “Es una carrera única”, resume su creador, que además se ha dado el gusto de competir y ganar en su clase.
Las tripulaciones pueden ser de dos o tres pilotos. Cada dos horas los autos van a boxes y luego vuelven a la pista respetando en el grupo en el que compiten. Cada tripulación elige un tiempo de vuelta que se debe cumplir a la centésima para no sufrir penalizaciones.
Muchos de los participantes ya corren en pruebas de regularidad, como la dupla que ganó este año la general: Carlos Berisso y Daniel Wild, que llevaron al triunfo a un Volvo 122 S de 1963. Además se impusieron en la categoría E.
El trío de punta lo completaron Ariel Odriozola, Ariel Fuster y Gustavo Luperne, vencedores también de la categoría D con un Fiat 128 de 1972; y Néstor y Martín Zabala, invencibles en la categoría F con un Ford Escort XR3 de 1992.
En la categoría G se impusieron Uriel y Ulises Strafacio junto a Carlos Monteagudo, con un Torino 380 de 1968; en la categoría A, Ramírez, Omar El Bacha y Fernando Croceri, con un Fiat Abarth 1000 de 1969; en la categoría I, Daniel Giorgi y Javier Banfi, con un Fiat Coupé GT 2.0 de 1994; en la categoría H, Daniel Toglia y Norberto Chiappe, con un Fiat Torino TS de 1974; y en la categoría B, Roberto Maldonado, Mauricio Marul y Hugo Cantelli, con un Austin Mini de 1981.
Al igual que el año pasado, las 24 Horas de Buenos Aires contaron con ex pilotos. Además de Croceri y El Bacha también compitieron Gustavo Der Ohanessian, Juan Carlos Giacchino, José Luis Di Palma, Delfina Frers, Chiche Caldarella, Hernán Dubourg y Carlos Rivero Haedo.
En la previa se homenajeo a GianCarlo Minardi, por su estrecha relación con el automovilismo argentino (Tuero y Mazzacane corrieron en su equipo de F.1) y también a Cocho López, quien formó una dupla invencible en este tipo de competencias junto al recordado Paco Mayorga.
La relevancia que adquirieron las 24 Horas también está en la llegada de Elf como su patrocinador. La empresa de lubricantes tuvo un espacio en los boxes en los que atendió a sus invitados especiales en el marco del 35° aniversario de la llegada de la marca al país.
Solo el tiempo dirá si las 24 Horas de Buenos Aires se convierten en un clásico, pero no hay dudas que tiene todo para lograrlo.