El sábado, pocos minutos antes del inicio de la práctica libre 3 del Gran Premio de Eifel, Racing Point comunicó que el canadiense Lance Stroll no iba a salir a la pista por no estar al “cien por cien”, algo que obligó a la escudería a convocar de urgencia al alemán Nico Hülkenberg para que pudiera completar el resto del weekend.
La falta de datos sobre el motivo por el cual su piloto titular se quedó en su hotel disparó varios rumores, incluso que podía tener coronavirus. Sin embargo, Otmar Szafnauer, responsable, confirmó que no es así.
El team manager explicó que Stroll padece de un problema estomacal desde el Gran Premio de Rusia y que se agravó el jueves por la noche. “Desde entonces no puede salir del baño…”, dijo. Para descartar que tuviese COVID-19, como le sucedió hace unos meses al mexicano Sergio Pérez, se le realizaron varias pruebas que dieron negativo.
Szafnauer aseguró que Stroll tenía la intención de participar en los entrenamientos, pero que a último momento desistió y que por eso no lo llamaron antes a Hülkenberg. “No sabemos si es algo que comió o si tiene un virus estomacal… Tenemos un médico que lo cuida y cuando esté en condiciones de irse, se irá a casa”, aclaró.
Respecto a lo realizado por Hülkenberg en la clasificación, el directivo de Racing Point destacó el trabajo del germano pese a quedar último ya que no tuvieron tiempo de acondicionar el auto a su gusto.