En las rutas o autopistas muy transitadas se producen a menudo los llamados atascos fantasma, que surgen, aparentemente, de la nada. Pero estos frustrantes embotellamientos son causados fácilmente por factores humanos como, por ejemplo, incorporarse al tráfico sin señalizar, distracciones al volante, malos hábitos de conducción y malos tiempos de reacción, o frenazos innecesarios. Una vez que un conductor pisa el freno, puede ocasionar una reacción en cadena y que otros conductores frenen también, haciendo que el flujo de tráfico se detenga.
Ahora, Ford e investigadores de la Universidad de Vanderbilt, una universidad de investigación privada de Tennessee (Estados Unidos) han demostrado que estas retenciones podrían reducirse con el uso generalizado de una tecnología equipada en vehículos de la marca.
Se trata del Control de Crucero Adaptativo (ACC) que permite reducir la velocidad y acelerar automáticamente para mantener el ritmo del vehículo que circula delante sin fatigarse ni distraerse.
En una pista de pruebas cerrada de Ford, 36 conductores simularon el tráfico normal de la carretera usando la tecnología de Control de Crucero Adaptativo. Posteriormente, esos conductores realizaron el mismo circuito, pero sin hacer uso de esta tecnología, lo que significa que tuvieron que frenar y acelerar manualmente.
El resultado fue que los vehículos que utilizan el CCA reducen el impacto que supone frenar más que los vehículos que no llevan la tecnología activada. Incluso con sólo uno de cada tres vehículos utilizando la tecnología, la prueba reveló beneficios similares en la reducción del tráfico.
“Durante años, los investigadores e ingenieros de tráfico han estado buscando tecnologías de vehículos inteligentes para reducir los problemas de tráfico, ya sean vehículos que hablen entre sí o vehículos que puedan predecir rutas”, cuenta Daniel Work, profesor de ingeniería civil en la Universidad de Vanderbilt. “Esta prueba fue una oportunidad única para entender cómo las tecnologías activas de asistencia al conductor disponibles en el mercado pueden ser utilizadas para influir positivamente en el flujo de tráfico”.
Un proyecto de investigación conjunto anterior financiado por la Unión Europea y dirigido por el Centro de Investigación e Innovación de Ford en Aachen (Alemania) llegó a la conclusión de que los vehículos equipados con la tecnología de Control de Crucero Adaptativo y de Alerta de Colisión directa podrían ayudar a prevenir o mitigar los efectos de más del 5 por ciento de los accidentes en las autopistas, ahorrar a los conductores más de 3 millones de horas al año atrapados en el tráfico y reducir en un 3 por ciento el consumo de combustible.