Todos los años, Red Bull suele realizar exhibiciones en todas partes del mundo con el fin de promocionar a la marca creada por el magnate Dietrich Mateschitz. Para eso utiliza vehículos de carrera que cuentan con su patrocinio, incluso a veces lo hace con modelos de Fórmula 1 utilizados en años anteriores. Por lo general, los eventos salen bien y se hacen virales, pero ahora se conoció la excepción a la regla…
El pasado 10 de agosto la filial ucraniana de Red Bull realizó una sesión de drifting en la plaza de la catedral de Santa Sofía de Kiev. El tema es que los dos autos que hicieron trompos en más de 2.000 metros cuadrados dejaron la marca del caucho en una zona declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
“Red Bull lo hizo temprano, en secreto, sin protección para los peatones, arriesgando decenas de vidas. La gente iba a trabajar por la mañana al otro lado de la plaza y tenía que esquivar los coches de drift. Los resultados podrían haber sido realmente trágicos”, aseguró Kostiantyn Usov, alcalde de la ciudad, en un posteo en Facebook.
“Esto no es sólo un acto inaceptable de vandalismo, es una actitud grosera hacia los kievitas y hacia uno de los santuarios más valiosos de Ucrania”, agregó Usov.
“Es preocupante que se haya organizado esta grabación en una zona cercana a un sitio del Patrimonio Mundial de la Unesco, dañando el monumento y provocando pérdidas irreversibles”, se explicó en un comunicado emitido por el Ministerio de Cultura y Política de Información ucraniano.
Aunque Red Bull publicó posteriormente un vídeo en el que aparecen operarios intentando limpiar las marcas dejadas por los vehículos, la originalidad de la plaza ha quedado totalmente comprometida.
Según el medio BYKVU, la Policía ha abierto una investigación sobre el incidente, mientras las autoridades aún están calculando la magnitud de los daños.