Era de esperar que tarde o temprano la empresa rusa Uralkali y el equipo Haas de Fórmula 1 se enfrenten en una batalla legal debido a que no se respetó el contrato que mantenían para este año y que se rompió como consecuencias de la invasión rusa a Ucrania en marzo pasado.
Pocas horas después de que se desató el conflicto bélico y en sintonía con medidas económicas y deportivas que luego se tomaron contra Rusia, Haas decidió romper el convenio con el piloto ruso Nikita Mazepin y con Uralkali, la empresa de Dmitry Mazepin, padre del corredor.
En virtud de la rescisión del convenio, Uralkali le reclama a Haas que le devuelva los 12 millones de euros que le aportó por adelantado para la presente temporada de la Máxima.Sin embargo, el equipo de Gene Haas insiste en que tenía derecho a terminar el trato debido a una cláusula en el acuerdo de patrocinio que establecía que Uralkali no podía “dañar, cuestionar, ridiculizar o disminuir la reputación pública, la buena voluntad o la imagen favorable de Haas”.
Haas se toma de esa punto para afirmar que los vínculos de Mazepin con Vladimir Putin desencadenaron la cláusula de desprestigio, aunque la Unión Europea aún impuesto sanciones cuando se rescindió el contrato…
“Según los estudiosos del derecho y la jurisprudencia unánimes, la parte que rescinde el acuerdo por incumplimiento de la otra parte no tiene la obligación de devolver a esa parte lo que ya ha recibido en virtud del acuerdo. Por lo tanto, la pretensión de Uralkali de obtener el reembolso del pago inicial es infundada y rechazada”, explica una nota de Haas.
Haas se consideró gravemente afectado por la situación y se siente con el derecho a pedir una compensación por la pérdida de ganancias que cree que se habría obtenido si el acuerdo con Uralkali hubiera continuado. Por eso le exige a la compañía de los Mazepin un pago de 8 millones de euros…