El Gran Premio de Arabia Saudita de Fórmula 1 “puede continuar como está previsto” pese a los ataques perpetrados este viernes en ese país, sobre todo en una instalación petrolera en Jeddah, a unos 25 kilómetros del circuito donde se disputa la carrera, aseguró el promotor del campeonato.
Los rebeldes yemeníes hutiés reivindicaron el viernes una serie de ataques con drones y misiles en Arabia Saudita, que provocaron un enorme incendio en una instalación de la petrolera Aramco en la ciudad de Jeddah.
“Efectuamos varios ataques con drones y misiles balísticos”, incluyendo una “instalación de Aramco en Jeddah, instalaciones vitales en Riad”, afirmaron en un comunicado los rebeldes hutíes.
La coalición liderada por Arabia Saudita, que lucha contra los rebeldes respaldados por Irán, confirmó el ataque, ocurrido en la víspera del séptimo aniversario de su intervención militar en la brutal guerra civil en Yemen.
El ataque no provocó víctimas, pero la humareda fue visible desde el circuito, donde se celebraban los primeros entrenamientos libres de cara a la carrera del domingo.
El campeón Max Verstappen (Red Bull), dijo incluso que podía oler el incendio mientras conducía. “Siento olor a quemado… ¿es mi coche?”, preguntó el holandés por la radio del equipo. La segunda tanda de entrenamientos libres tuvo que retrasarse un cuarto de hora.
Tras la actividad en pista, jefes de equipos, pilotos, miembros de la FIA, los promotores del Mundial y los de la carrera se reunieron y acordaron seguir adelante con la competencia, segunda de la presente temporada.
Arabia Saudita lidera una coalición militar que lucha desde hace siete años contra este grupo rebelde y en apoyo del gobierno yemenita. En varias ocasiones, los rebeldes hutíes han atacado instalaciones petroleras en un contexto en el que las potencias occidentales presionan a los países productores de petróleo para que aumenten la producción para contener los precios del crudo, que protagonizan una escalada desde la invasión lanzada por Rusia contra Ucrania hace un mes.