En 2013, ocho años después de haber colgado el casco, Juan María Traverso amagó con la posibilidad de volver a las pistas a través de una categoría que el mismo había ideado. La propuesta del Flaco era utilizar Ford Mustang, Chevrolet Corvette y Dodge Challenger para medirse con sus antiguos rivales y hacer una nueva versión del Club Argentino de Pilotos, la categoría estrella en la década de 1980, aunque para pilotos ya retirados.
“La idea es formar algo similar al CAP, que no tenga nada que ver con nada y que corramos todos viejos retirados. Esas son las condiciones básicas”, le contó Traverso a CORSA durante una charla a fines de aquel año.
-¿Cuán avanzado está el proyecto?
-No mucho… La primera charla la tuvimos este año en el callejero de Santa Fe. Ahí Gustavo De Ohanessian me preguntó cómo haría las carreras y le dije que con una radio, por sobre todas las cosas, porque el piloto tiene que tener derecho a decir “me cansé, metan el pace car”. Me dijo que no hable boludeces, pero no son boludeces, es verdad…
Juan María Traverso (1950-2024): El adiós a una leyenda del automovilismo argentino
-¿Quién no debería faltar en esa categoría?
-El Toto Etchegaray, Yoyo Maldonado, Tito Bessone, aunque esté corriendo, Tito Urretavizcaya, Lalo Ramos, Guerra. La banda de siempre. Ya lo hablamos y la mayoría está de acuerdo.
-¿Y dónde correrían?
-Yo propuse hacer ocho carreras. Cuatro en autódromos y cuatro en ruta, alternándose una y una. Todas partiendo desde el centro de Buenos Aires. Entonces, si por ejemplo corremos en Rosario, largamos del Automóvil Club Argentino y nos vamos despacio hasta ahí. Esa es mi propuesta.
-¿Tiene nombre la categoría?
-No, pero yo le pondría Club Argentino de Pilotos, que ya existe. Yo le decía al Tano Salerno que traigamos diez Chevrolet Corvette, diez Ford Mustang y diez Dodge Challenger, que todos tienen 500 caballos más o menos. En Estados Unidos los están vendiendo ya con jaula y sin el kit de lujo que los hace valer un huevo. Le decimos a Berta que nos haga andar los tres autos iguale y listo.
Aunque Traverso ya no esté físicamente entre nosotros, su legado y su visión perdurarán. El sueño de revivir el CAP queda como un testamento de su pasión y su compromiso con el deporte que lo consagró como una de las figuras más queridas y respetadas en el mundo de las carreras.