
Si parpadeaste, te lo perdiste. La segunda práctica del Gran Premio de Japón de Fórmula 1 no había hecho más que comenzar cuando el Alpine de Jack Doohan dejó de ser un monoplaza funcional y se convirtió en un amasijo de fibra de carbono desparramado en la curva 1 de Suzuka. A más de 330 km/h, el australiano perdió el control debido a un problema con el DRS y terminó contra las protecciones en un impacto tan brutal como inesperado.
La imagen del A524 destrozado y colgado de la grúa fue el recordatorio perfecto de que la Fórmula 1 no perdona errores, incluso cuando estos son producto de un fallo técnico. Y mientras los mecánicos de Alpine se preparaban para una noche larga reconstruyendo el auto, Doohan, con la adrenalina aún corriendo por sus venas, pedía explicaciones por radio: “Estoy bien, ¿qué pasó?”.
UN ERROR TÉCNICO Y UNA LECCIÓN APRENDIDA
El propio Doohan lo resumió con frialdad tras el accidente: “Primero que todo, estoy bien después del incidente. Fue un golpe fuerte, algo que me tomó por sorpresa, y aprenderé de ello”. No hay margen para el lamento en la élite del automovilismo. El joven piloto australiano sabe que los errores –propios o del equipo– son parte del camino y que cada vuelta cuenta cuando se trata de ganarse un asiento permanente en la parrilla.
“Sé que el equipo tiene mucho trabajo por delante para reparar el coche mañana, así que les agradezco de antemano su esfuerzo”, agregó el hijo de Mick Doohan, una de las leyendas del Mundial de Motociclismo.
“Fue un error de cálculo al no cerrar el DRS en la curva 1”, Oliver Oakes, team-principal de Alpine.
Su jefe de equipo, Oliver Oakes, fue directo al grano: “Fue un error de cálculo al no cerrar el DRS en la curva 1. Es algo de lo que aprenderemos, y sé que Jack y el equipo estarán listos para mañana”. Una declaración que deja en claro dos cosas: Doohan tiene margen para mejorar, pero el equipo también debe revisar sus procesos para evitar que un problema como este vuelva a ocurrir.
ALPINE CONTRA EL RELOJ: LA BATALLA EN LOS BOXES
Mientras los titulares se enfocan en el accidente, dentro del garaje de Alpine ya se vive otro tipo de competencia: la carrera contra el tiempo para reconstruir el auto antes de la tercera práctica y la clasificación. Las noches sin dormir son una tradición en la Fórmula 1, pero esta vez el equipo francés tiene una tarea monumental por delante.
El chasis, la suspensión delantera y la caja de cambios quedaron en duda tras el impacto. Si alguna de estas partes resulta irreparable, el equipo podría verse obligado a incumplir regulaciones y afrontar penalizaciones. En otras palabras, Doohan no solo tendrá que recomponerse mentalmente del accidente, sino que podría verse obligado a lidiar con un auto que no estará al 100% para la clasificación.
LA FÓRMULA 1 NO ESPERA A NADIE
En un mundo donde cada detalle cuenta, Doohan tendrá que reponerse rápido para compensar el error que cometió. Suzuka es un circuito que no perdona, y la clasificación del sábado será una prueba de fuego para ver si este accidente quedará como una simple anécdota o si marcará su fin de semana. Y hasta su continuidad ante la amenaza de Franco Colapinto de reemplazarlo en cuanto tenga la oportunidad, algo de lo que se viene hablando insistentemente desde principio de año.
Por ahora, lo único seguro es que Alpine tiene trabajo por delante y Doohan, una nueva cicatriz en su carrera. En la Fórmula 1, la diferencia entre el éxito y el fracaso puede medirse en milésimas de segundo o en el estado de un DRS…