Agustín Canapino ha tenido semanas vertiginosas desde que debutó en IndyCar como piloto del Juncos Hollinger Racing. Las experiencias del múltiple campeón argentino incluyen su estreno en la especialidad nada menos que en el callejero de San Petersburgo, su primera carrera en un óvalo en Texas y hasta su habilitación para correr las 500 Millas de Indianápolis.
Su último desafío superado fue el Rookie Orientation Program que deben pasar todos los novatos que pretenden correr las Indy 500. “Tenemos muchos datos para analizar, es todo nuevo, así que día a día aprendo un montón”, dijo Canapino en una entrevista a Campeones.
“Soy un trabajador constante; estoy todo el tiempo pensando y analizando las cosas. Todo lo que siempre apliqué ahora es al cuadrado, estoy en un nivel súper profesional. Por momentos sufro el proceso porque el riesgo es altísimo, pero busco superar mis propios límites”, confesó el arrecifeño, que terminó 12° en San Petersburgo y Texas y abandonó en Long Beach.
Con el día de actividad que tuvo en el Indianápolis Motor Speedway el jueves (la actividad del viernes se suspendió por la lluvia), Canapino pudo realizar una comparación entre los óvalos de Texas y el legendario escenario de Indiana.
“El de Texas es una locura en cuanto a peralte y fuerza G, el auto va más agarrado. El Indianápolis el auto va más suelto y hay menos peralte, además se usa carga respecto a Texas, acá necesitás más soporte aerodinámico”, explicó.
Mientras que sobre el ROP reconoció que al principio le costó mucho transitar a más de 370 km/h ya que se mareaba debido a que la visión no es perfecta por el Aeroscreen que llevan los autos. Sin embargo, con el paso de las vueltas, fue tomando referencias y acostumbrándose a la sensación.
Por último, Canapino reconoció que correr las Indy 500 el 28 de mayo es un anhelo que ahora se encuentra a su alcance. “Estoy muy enfocado en la preparación, es mucho más que cumplir un sueño… Venir a ver las 500 Millas era un sueño, imagínate correrlas”, expresó con un sentimiento muy especial.