En 2002 la categoría estadounidense IndyCar estableció el Leaders Circle, un programa que distribuye dinero entre aquellos equipos que terminan con sus autos entre los 22 mejores del año. El año pasado, el Juncos Hollinger Racing puso a sus dos vehículos en este selecto grupo y embolsó 1.820.000 dólares, algo que fue clave para que el arrecifeño Agustín Canapino tenga una segunda temporada en la especialidad.
Para este año, el JHR vuelve a tener como meta principal poner a sus dos vehículos en este selecto grupo. En principio, una meta probable teniendo en cuenta la experiencia de Canapino y la de su nuevo compañero, el francés Romain Grosjean.
Pero lo más importante es que para este año Penske Entertainment, la empresa de Roger Penske que organiza el campeonato, decidió aumentar la cifra a repartir, e que se reparte equitativamente entre los 22.
En 2022, el pago por contrato Leaders Circle fue de u$s 1.060.000. Sin embargo, para 2023, decidió recortar u$s 150.000 por vehículo, generando malestar entre todos los propietarios. Esta reducción, que representó un ahorro total de u$s 3.300.000, se destinó al presupuesto interno de marketing.
Aunque no se confirmó cuánto será el dinero en juego, desde la categoría anticiparon que superará el millón de dólares. Además, no habrá deducción para asistencia en promociones.
Este aumento llega en un momento crucial, ya que muchos propietarios de equipos independientes en IndyCar se enfrentan a los desafíos financieros asociados con la transición a motores híbridos a mitad de temporada y los costos significativos para actualizar cada chasis según las especificaciones de IndyCar para 2024.
Hasta el año pasado, los presupuestos operativos anuales oscilaron entre los seis y los once millones de dólares por auto. Sin embargo, debido a los cambios tecnológicos y los costos asociados, para este año se estima que el costo por vehículo arrancará a partir de los siete millones de dólares.