La categoría estadounidense IndyCar confirmó su intención de arrancar su torneo 2020 el 6 de junio con una carrera en el estado de Texas sin espectadores y con un formato reducido. La serie yanqui tuvo que postergar el inicio de la temporada, previsto para el 15 de marzo en St. Petersburg (Forida), a causa del nuevo coronavirus.
Desde entonces, la expansión de la pandemia forzó a IndyCar a cancelar o suspender sus primeros eventos, incluidas las 500 Millas de Indianápolis, que fueron reprogramadas del 24 de mayo al 23 de agosto.
El primer evento que se mantenía en pie en el calendario es el Genesys 300 en el circuito Texas Motor Speedway de Fort Worth (Texas), cuya celebración fue ratificada.
“Estados Unidos necesita deportes en vivo y no van a creer lo que van a ver cuando el Genesys 300 irrumpa en sus televisiones desde Texas”, dijo Eddie Gossage, presidente y gerente general de Texas Motor Speedway.
El evento se celebrará a puerta cerrada y condensará todo su programa de entrenamientos, clasificaciones y carrera en un solo día. Los organizadores también redujeron de 248 a 200 el número de vueltas previstas a este circuito ovalado de 1,5 millas (2,32 km).
Las medidas de prevención frente al virus, decididas en consulta con funcionarios de salud pública, incluirán la limitación del personal que trabajará en el evento, evaluaciones de salud, equipo de protección para todos los participantes y protocolos de distanciamiento físico.
El plan “garantizará la seguridad de los participantes del evento y un emocionante regreso a la competición”, dijo Jay Frye, presidente de IndyCar.
La categoría también confirmó que sigue en pie el calendario revisado de su temporada 2020, que consta de 15 carreras.