Como consecuencia de la suba de la base imponible que estableció la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a partir del 1 de septiembre los vehículos con un valor superior a los $3.120.000 pagarán el “impuesto al lujo”.
En consecuencia, todos los 0 km por arriba de ese valor estarán gravados con la primera escala de los Impuestos Internos que equivale a una alícuota de 20%. Hasta fines de este mes, los modelos que deben pagar son los que se ubican por arriba de $2.900.000.
“Esto se debe a que el monto que se toma para el cálculo impositivo pasará de los $2.012.678, que rige en la actualidad, a un valor de salida de fábrica o distribuidor de $2.216.200. El número surge de un ajuste de 10.11%, correspondiente al aumento de los precios mayoristas de los vehículos en el trimestre (SIPM) de abril, mayo y junio. A este valor imponible hay que sumarle el pago del 21% de IVA más el margen de comisión de la red comercial de 15%”, explica Ambito.com.
“Por la forma de cálculo de Internos, una alícuota de 20% equivale a una suba de precio de alrededor de 25%, lo que hace que los modelos que sean afectados queden fuera del mercado. Es por eso que las marcas tienden a mantener los 0 km que ronden ese precio justo por debajo de ese tope para evitar que tributen el recargo fiscal”, aclara el portal financiero a través del artículo firmado por Horacio Alonso.
En el caso de la segunda escala, con una alícuota de 35%, la base imponible pasa de $3.715.714 a $4.091.446. De esta manera, deberán tributar los modelos de más de $7.960.000. También, por la forma de calcular este impuesto, los precios de los modelos alcanzados, con este 35% adicional, provoca una suba de precio al público de 50%.