Alejado del ambiente tuerca desde hace tiempo por una cuestión personal, Hugo Cuervo es una de esas personas vinculadas al automovilismo argentino que siempre se han destacado por ir de frente. Como propietario del Lincoln Sport Group tuvo su momento de gloria en el Turismo Carretera, categoría en la que ganó carreras con varios pilotos y fue campeón con Emanuel Moriatis (2009) y Mauro Giallombardo (2012). Aunque su paso por la categoría también se recuerda por algunas polémicas, la mayoría relacionadas con temas técnicos.
En una charla con Paulino Hernández, para el ciclo de entrevistas de Quién sos? que se emite en YouTube, el escribano se despachó como nunca de varios temas, aunque le dedicó varios minutos al TC y, especialmente, a la Asociación Corredores Turismo Carretera.
“Yo nunca tuve una relación fluida con la dirigencia de la categoría”, aseguró el escribano de profesión. “Yo como algunos tantos, aunque cada vez son menos, siempre fui un crítico de la categoría. Pero un crítico para sumar y no para restar. Yo era de esas personas que decía lo que sentía, equivocado o no”, agregó.
“A veces en el automovilismo, como en todas las actividades, hay que decirle a la gente lo que quiere escuchar. Y a mí me cuesta mucho actuar de esa manera. Siempre fui muy sincero, muy frontal y siempre dije mi verdad, que generalmente no coincidía con el pensamiento de la dirigencia. Y se los hacía notar”, reflexionó Cuevo, que decidió alejarse paulatinamente del automovilismo hace ocho años, a los 65.
“Tal vez tendría que haber sido más permeable a las situaciones que yo veía que no estaban bien -y no estaban bien- y no hacerlas trascender o cosas por el estilo. Pero yo estoy muy tranquilo con todo lo que dije y lo que hice”, aseguró.
Para poner énfasis en su opinión, Cuervo aseguró que en la actualidad “todos tienen el casete puesto”, refiriéndose a “pilotos, dueños de equipo y gente que está en el ambiente”.
“Son muy pocos los que tienen un discurso genuino y sincero… Eso cuesta mucho en el automovilismo argentino. No en todas las categorías, pero sí en el Turismo Carretera, que es una categoría en donde no pensar como la dirigencia cuesta caro”, enfatizó Cuervo, que fue suspendido por la ACTC en reiteradas oportunidades.
El ex team-manager también habló de los problemas reglamentarios que tuvieron sus autos en algunos momentos y tuvo una particular visión del tema. “Cuando yo ingresé al Turismo Carretera en 1997 el reglamento técnico tenía siete hojas y cuando me fui más tenía doscientas. Eso habla de que el reglamento nunca estuvo bien hecho o adecuado a la realidad de los momentos. Entre esos años se produjeron muchos cambios reglamentarios que el 90% de la gente no lo supo aprovechar, no lo supo leer o no los vio. Nosotros sacamos muchas ventajas simplemente por estar atento a las situaciones”, aseguró.
“Cuando nosotros ingresamos al TC el amortiguador era libre y yo fui a Estados Unidos y me traje un Ohlins de cinco vías que era como pasar de un auto a un avión…. El cárdan era libre entonces fui a Inglaterra y me traje uno de carbono que pesaba tres kilos contra los 12 de que se usaba. Y de esa puedo contar miles”, ejemplificó.
“Nuestra contribución en ese aspecto fue que los reglamentos se empezaran a emprolijar y afinar y nosotros nos tuvimos que ir adecuando, pero en el mientras tanto les sacamos una ventaja grandísima”, dijo Cuervo, que también opinó que la ACTC empezó a emparejar para abajo impidiendo “la inventiva” de los preparadores.
“Eso se terminó cuando la categoría decide hacer los autos, proveer los elementos de los motores y estandarizar las suspensiones. Hoy en día un farmacéutico puede armar un TC porque es un mecano. Con eso se emparejó para abajo y ahora no ganan los mejores”, admitió.
En la charla, Cuervo también habla de su campaña deportiva en rally y de aspectos de su vida poco conocidos.