
Hay momentos donde la historia no se cuenta. Se toca. Se sostiene. Se siente con el peso exacto de una biela forjada en 1990, de un pistón que ayudó a Ayrton Senna a construir su leyenda a más de 300 km/h. Y eso, precisamente, es lo que Honda Racing Corporation (HRC) acaba de poner sobre la mesa.
Es que la marca japonesa anunció oficialmente el lanzamiento de su negocio global de memorabilia. Pero no de la típica (nada de tazas, llaveros o mini réplicas genéricas). Hablamos de objetos de culto real: piezas originales, numeradas, de motores históricos, como el Honda RA100E V10 de la Fórmula 1, aquel que rugía sobre los McLaren MP4/5B que manejaron Senna y Gerhard Berger en la temporada de 1990.
“Al poseer una parte de los motores Honda de F1 que impulsaron las máquinas ganadoras de Ayrton Senna y Gerhard Berger, los aficionados pueden recordar vívidamente el glorioso momento de aquellos días cuando quieran. Con este negocio, buscamos fortalecer aún más el valor de marca de Honda y HRC en las carreras”, afirmó la marca.
¿QUÉ ES LO QUE SE PONE A LA VENTA?
Para inaugurar esta nueva línea, HRC comenzará subastando una selección de componentes originales del mítico RA100E. La cita será en agosto, durante la Monterey Car Week en California. Entre los objetos que estarán disponibles: Pistones, bielas, tapa de válvulas y árboles de levas.
Todo meticulosamente extraído del motor, desarmado con precisión quirúrgica en la fábrica de Sakura City, por los mismos ingenieros que lo construyeron en su momento. Cada pieza vendrá con su respectiva vitrina de exhibición y un certificado oficial de autenticidad firmado por HRC.
UNA CÁPSULA DEL TIEMPO PARA FANÁTICOS REALES
Esto no es un producto de marketing vacío. Es una declaración de principios. Honda no está vendiendo merchandising, está compartiendo legado.
“Nuestro objetivo es convertir este negocio en algo valioso que permita a los aficionados amantes de la F.1, MotoGP y otras carreras compartir la historia de los desafíos de Honda en las carreras desde la década de 1950″, declaró Koji Watanabe, presidente de HRC. “Incluir a nuestros aficionados como propietarios de una parte de la historia de Honda en las carreras no es una iniciativa puntual, sino un negocio continuo que impulsaremos y desarrollaremos”, agregó.
No solo habrá a la venta productos relacionados con la Fórmula 1. En el radar de próximas subastas aparecen también: piezas utilizadas en máquinas de IndyCar, motos históricas de carreras, además de piezas seleccionadas del Honda Collection Hall y la Honda Racing Gallery.
Honda mantiene una colección única en el Mobility Resort Motegi, con vehículos que corrieron en el Isle of Man TT, la F.1 de los años 60, y muchas más máquinas que aún hoy pueden arrancar y rodar. La selección de piezas para subasta se hace con lupa ya que ninguna afecta la conservación de los vehículos que siguen activos.
UN NEGOCIO, PERO CON ALMA
Este movimiento tiene una doble lectura: por un lado, posiciona a Honda como curadora de su propio mito; por otro, acerca a los fanáticos la posibilidad de tener una pieza legítima de la historia del automovilismo.
Y si hablamos de marca, esto no es solo branding. Es un revival emocional bien calculado. Un negocio que respira combustible y nostalgia.