A mediados de la década de 1960 el Turismo Carretera inició su primera gran evolución. El precursor de ese salto tecnológico fue el Chevitú, una Chevy Nova II importada de Estados Unidos que José Froilán González decidió poner en la pista en 1964 con Jorge Cupeiro detrás del volante.
El auto, muy distinto a las Cupecitas de los ’40 que aún se utilizaban, fue resistido al máximo porque era importado, su modelo “dos puertas” no se producía en nuestro país y ningún fabricante de “compactos”, como se conocía a ese tipo de modelos, tenía las condiciones técnicas indispensables para poner sus productos a competir en la lucha por la punta en cualquier carrera.
Si el Chevitú no hizo escuela fue porque no eran muchos los pilotos o preparadores que estaban dispuestos a ser combatidos por los amantes del tradicionalismo. Pero, indiscutiblemente, reunió una serie de ventajas que no pueden ser olvidadas: era el TC que mejor doblaba, el que presentaba las más limpias soluciones de funcionalidad y el que frenaba con la eficiencia de un auto de fórmula.
El complemento estaba en su conductor, ya que Cupeiro aportaba a la categoría su manejo talentoso y fino, suplantando al piloto-mecánico que se había visto hasta entonces en la categoría, a excepción hecha de Rodolfo de Alzaga y Carlos Menditeguy.
Todos factores interesantes, que hablan a favor de las virtudes de un auto sumamente eficaz. Sin embargo, no logró el espaldarazo definitivo por una concepción amparada en los grandes resultados.
Aunque dominador durante gran parte de 1965, la frase oída con más asiduidad fue: “El Chevitú no fue campeón ni ganó el Gran Premio…” El primer halago fue para Dante Emiliozzi, el segundo para el Tuqui Casá y esos hechos marcan que ambos manejaban las clásicas y robustas cupecitas, lo que afirmaba la posición de los tradicionalistas.
Incluso en 1966, luego de su reforma estética, el Chevitú fue impotente ante Juan Manuel Bordeu, quien con su Coloradita ganó muchas carreras y se llevó el campeonato, o con Carlos Pairetti, que ganó aquel duro Gran Premio que culminó en Necochea. En síntesis, otras dos cupecitas…
“Esa gente veía con desagrado esa actualización del automovilismo que comenzaba con el Chevitú. Es más, recuerdo que en las primeras carreras me tiraban botellas y piedras…”, contó Cupeiro en su momento.
“Pero con José Froilán González, que en definitiva fue el responsable del proyecto y a quien siempre le estaré agradecido por la oportunidad que me dio de ser su piloto, sabíamos que estábamos en el camino correcto. Tanto es así que los TC de hoy en día son exactamente como era el Chevitú: un monocasco preparado para correr. Por esa razón, este coche fue una cosa positiva para la categoría. De hecho, su competitividad fue importante para motivar el ingreso de otros compactos como la coupé Chevy, el Ford Falcon y el Torino…”, admitió el piloto del “polémico” coche.
El proyecto no comenzó bien ya que hubo demoras para importar el auto. Luego de haberlo puesto en pista se dieron cuenta que los resultados hubiesen sido mejores soldándole las puertas traseras a un Chevrolet 400 nacional. “Es que ese auto era más reforzado en su estructura que el que trajimos de Estados Unidos. De hecho, luego usamos los modelos nacionales con esa reforma y el auto resultó competitivo”, admitió el Gallego.
El grupo de trabajo que comandaba González estaba integrado por Aldo y Reinaldo Bellavigna, Dante y Alain Baudena, Ramón Ferbrer y Jorge Ferreyra Basso. Todos pusieron mucho empeño para que el Chevitú fuese competitivo y le dedicaron varias horas al motor, un seis cilindros en línea de 3.800 cm3 equipado con tres carburadores doble cuerpo Webber. Su compresión era de 9,5:1. Tenía una caja de velocidades de Corvette de cuatro velocidades y retroceso.
El Chevitú debutó en el TC el 12 de abril de 1964 en el autódromo de Buenos Aires. Esta primera experiencia no fue buena ya que Cupeiro debió abandonar. Pero una semana después, en el mismo autódromo, llegó la primera alegría: en la carrera que ganó Jorge Ángel Pena, Cupeiro fue segundo.
Aunque lo mejor estaba por venir: cuatro meses más tarde, en Mar del Plata, el Chevitú consiguió su primer éxito. De esta manera, sus detractores tuvieron que comerse sus palabras porque afirmaban que los “compactos” jamás serían competitivos en la ruta. La experiencia lograda en aquellos meses de 1964 dio sus frutos al año siguiente. Cupeiro y el Chevitú fueron grandes animadores del torneo y ganaron nueve carreras, pero no les alcanzó para desbancar a los Emiliozzi y a su Galera, que finalmente se quedaron con el cetro de 1965. De todas formas, el subcampeonato fue un premio más que digno.
“Para mí el Chevitú representó una etapa importante del TC. Algunos dicen que fue revolucionario… En el equipo siempre tratamos de aprovechar todas las posibilidades reglamentarias y nunca escatimamos esfuerzo para lograrlo. Tanto en la época en la que conservó su aspecto original como luego de las reformas, siempre se trató de que fuera lo más moderno posible”. Las palabras son de José Froilán González, en definitiva el máximo responsable de que el TC evolucionara a través de su creación.
TODAS LAS VICTORIAS DEL CHEVITÚ EN TURISMO CARRETERA
FECHA | CARRERA | PILOTO | PROMEDIO |
09/08/1964 | Premio Ciudad de Mar del Plata | Jorge Cupeiro | 197,791 km/h |
13/03/1965 | Autódromo de Bs. As | Jorge Cupeiro | 133,582 km/h |
09/05/1965 | Premio de Pergamino | Jorge Cupeiro | 193,570 km/h |
30/05/1965 | Vuelta de Arrecifes | Jorge Cupeiro | 184,719 km/h |
06/06/1965 | Autódromo de Bs.As. | Jorge Cupeiro | 126,509 km/h |
13/06/1965 | Vuelta de Bahía Blanca | Jorge Cupeiro | 179,352 km/h |
20/06/1965 | Vuelta del Centro del País | Jorge Cupeiro | 189,374 km/h |
18/07/1965 | Vuelta de General Pico | Jorge Cupeiro | 163,851 km/h |
25/07/1965 | Vuelta de Carlos Casares | Jorge Cupeiro | 177,070 km/h |
01/08/1965 | Vuelta de Chacabuco | Jorge Cupeiro | 159,404 km/h |
17/04/1966 | Vuelta de General Pico | Jorge Cupeiro | 171,737 km/h |
30/04/1966 | Autódromo de Bs. As. | Carlos Marincovich | 133,282 km/h |
10/07/1966 | Autódromo de Bs.As | Jorge Cupeiro | 138,849 km/h |
30/10/1966 | Vuelta de San Antonio de Areco | Jorge Cupeiro | 157,519 km/h |
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