El automovilismo tiene tres carreras emblemáticas: las 500 Millas de Indianápolis, cuya primera edición data de 1911; las 24 Horas de Le Mans, que se comenzaron a disputar en 1923; y el Gran Premio de Mónaco, que se celebró por primera vez en 1929. No solo son antiguas, sino que también son disímiles entre si. Una se disputa en un óvalo, otra es un día de carrera sin parar y la restante se realiza en un exigente circuito callejero. Este trío de competencias forman la Triple Corona, un título honorífico que solo ha conseguido un hombre, el inglés Graham Hill.
Con la participación de Fernando Alonso en las Indy 500 de 2017, la Triple Corona volvió a estar en boca de todos ya que al español solo le falta vencer en el Indianápolis Motor Speedway para igualar a Hill. Sin embargo, lograr este reconocimiento no es algo sencillo de conseguir. Y el propio piloto inglés, campeón de la Fórmula 1 en 1962 y 1968, es un buen ejemplo.
Apodado Mr. Mónaco, Hill dejó su huella en las calles del Principado con cinco triunfos (1963, 1964, 1965, 1968 y 1969), una marca que recién fue superada por el brasileño Ayrton Senna en los ‘90 con sus seis victorias en el tortuoso trazado.
En pleno apogeo de su campaña, Hill se aventuró a correr en las 500 Millas de Indianápolis, competencia que fue parte del calendario de la F.1 durante la década de 1950. Y quedó en la historia de la prueba estadounidense con su debut y victoria en 1966 sobre un Lola-Ford. También corrió en 1967 y 1968, aunque no logró igualar semejante resultado.
En 1972 Hill le puso la frutilla a su campaña deportiva con el triunfo en las 24 Horas de Le Mans compartiendo un Matra-Simca MS670 con el francés Henri Pescarolo. Aunque imponerse en el circuito de La Sarthe no le fue nada fácil ya que el éxito lo consiguió en su décima participación (corrió ininterrumpidamente entre 1958 y 1966). En la actualidad solo hay dos pilotos que podrían repetir la hazaña de Hill: el propio Alonso y el colombiano Juan Pablo Montoya…
Alonso ya tiene dos casilleros marcados con sus éxitos en el callejero monegasco (2006 con Renault y 2007 con McLaren) y en la prueba francesa (venció en 2018 y 2019 con Toyota). Pero aún le falta ganar en las Indy 500, algo que no pudo hacer en distintos intentos.
Mientras que Montoya ya se sacó de encima las dos carreras en monopostos al celebrar en Mónaco (en 2003 con Williams) y lograr dos triunfos en Indianápolis (en 2000 con Ganassi Racing y en 2015 con Penske).
Su deuda pendiente es en Le Mans, prueba que lo ha tenido entre sus protagonistas en la categoría LMP2. Debido a las características de esta prueba y a su edad (nació en 1975), el bogotano aún tiene chances de ir en busca de la gloria en la cita francesa.
Las 500 Millas de Indianápolis, las 24 Horas de Le Mans y el Gran Premio de Mónaco le dan forma a la Triple Corona, una meta tan difícil de alcanzar como seductora.