Para Renault, los prototipos o concept-cars son coches destinados a hacer soñar, pero también a explorar nuevas tendencias. Una excelente herramienta a la hora de desarrollar vehículos que contribuyan al objetivo de garantizar la movilidad sostenible, descifrando las necesidades de los usuarios y ofreciendo soluciones a los retos que plantea el transporte.
Un recorrido por algunos de los prototipos que Renault ha presentado en las últimas dos décadas confirma el importante papel de los concept a la hora de adelantarse al futuro, tanto en materia de diseño como en sistemas de propulsión o soluciones tecnológicas enfocadas a mejorar la seguridad, el confort o la vida a bordo.
RENAULT KOLEOS CONCEPT (1999): EL SUV ADELANTADO A SU TIEMPO
Con los Espace y Scénic ya en el mercado marcando el camino a seguir en el segmento de los monovolúmenes, Renault adelantó cómo podían evolucionar los vehículos de este tipo para convertirse en crossovers, años antes incluso de que se pusieran de moda los SUV.
Eso ocurrió en 1999 con el prototipo Renault Koleos, un todoterreno de diseño futurista que avanzaba tendencias estilísticas que llegarían tiempo después, como la utilización de grandes llantas de 21 pulgadas. Además, contaba con un sistema de propulsión híbrido que combinaba un motor 2.0 Turbo naftero de 125 kW (170 CV) para mover las ruedas delanteras y uno eléctrico de 30 kW en el eje trasero alimentado por baterías de iones de litio.
RENAULT TALISMAN (2001): LUJO DEPORTIVO EN EL SEGMENTO D
El Renault Talisman Concept presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra acabó dando su nombre a la actual berlina de Renault en el segmento D. Además de adelantar el lenguaje de diseño que la marca utilizó en algunos de los modelos que presentaría posteriormente, como el Velsatis y el Mégane II, el Talisman Concept anticipó el segmento de las berlinas con diseño coupé. Uno de sus rasgos más característicos de este modelo equipado con un motor V8 de 4,5 litros eran sus grandes puertas de 2,45 metros de longitud articuladas en el techo, que permitían un fácil acceso a las cuatro plazas del habitáculo gracias a la ausencia de pilar central.
RENAULT ZOE Z.E. CONCEPT (2009): EL ANTICIPO DEL PRIMER COCHE ELÉCTRICO DEL ROMBO
En el Salón de Frankfurt de 2009, Renault presentó el ZOE Z.E. Concept. Un prototipo que compartía el nombre ZOE y el formato de utilitario compacto con el ZOE Concept presentado cuatro años antes, pero radicalmente diferente en su diseño y en su sistema de propulsión. Este concept-car adelantaba lo que tres años después se convirtió en el Renault ZOE, el primer vehículo eléctrico de la marca.
El ZOE Z.E. Concept se presentaba como un coche orientado al bienestar de los ocupantes gracias a la ausencia de ruidos de la propulsión eléctrica y a soluciones como un sofisticado sistema de depuración del aire en el habitáculo, con sensores de humedad y toxicidad y un difusor de aromas.
RENAULT DEZIR CONCEPT (2010): 100% ELÉCTRICO, 100% DISEÑO
El Renault DeZir Concept, presentado en el Salón de París en 2010, estrenó el nuevo lenguaje de diseño de Renault, que se plasmaría por primera vez en un modelo de producción con el Clio IV.
Más allá de su característico frontal y del agresivo diseño coupé con un sistema de apertura de puerta batiente y asimétricas, el DeZir supuso toda una declaración de intenciones: un coche eléctrico también puede ser divertido.
Con un chasis tubular de acero y una carrocería de kevlar, el peso final del DeZir se quedaba en 830 kg. Un Cx de 0,25, también contribuía a la hora de conseguir unas prestaciones deportivas: de 0 a 100 km/h en 5 segundos, con una velocidad máxima de 180 km/h, gracias a su motor eléctrico de 118 kW (160 CV).
RENAULT EOLAB (2014): UN HÍBRIDO ENCHUFABLE CON UN CONSUMO DE 1 L/100 KM
Seis años antes de presentar el Captur E-TECH, Renault ya adelantaba las posibilidades de la tecnología híbrida enchufable con el Renault EOLAB. Un laboratorio tecnológico en el que se ensayaban muchas soluciones en materia de aerodinámica, construcción ligera y motores, desarrolladas para ir implementándose sucesivamente en futuros modelos de producción.
Con un tamaño similar a un Renault Clio, el EOLAB pesaba 955 kg incluyendo el sistema de propulsión híbrido, gracias a la utilización de materiales ligeros como el aluminio, el magnesio y polímeros reforzados con fibra de vidrio.
Con un Cx de 0,235, resultaba un 30% más eficiente en términos aerodinámicos que un vehículo convencional de producción en serie. El motor naftero 1.0 de tres cilindros con 57 kW (77 CV) se combinaba con un motor eléctrico de 50 kW (60 CV), alimentado por una batería de iones de litio de 6,7 kWh de capacidad. Esto le permitía una autonomía en modo eléctrico de 60 kilómetros. Renault desarrolló para este prototipo un eficiente sistema de transmisión con una caja de cambios de tres velocidades sin embrague.