Normalmente, la historia de un coche es, ante todo, la historia de los hombres y mujeres que lo diseñaron. Y en el caso del Peugeot 205 esa historia está estrechamente ligada a la de Jean Boillot, miembro del Consejo de Administración de la marca a finales de los ‘70.
Fue él quien, en un momento difícil para la empresa, concibió el ambicioso proyecto de comercializar un utilitario pequeño que fuera mucho más que un coche urbano. Un coche polivalente, tan cómodo en la ciudad como en la carretera, asequible y capaz de transportar a una familia pequeña… en resumen, un coche que lo tuviese todo.
EL DISEÑO DE PEUGEOT CONTRA EL DE PININFARINA
El Peugeot 205, que se presentó el 24 de febrero de 1983, cambió las reglas del juego, tanto en los aspectos de diseño como de tecnología y marketing. La mayoría de los Peugeot anteriores habían sido diseñados por Pininfarina, pero esta vez, el equipo de diseño de la propia marca, dirigido por Gérard Welter, presentó un diseño mucho más moderno y fluido que ganó el concurso organizado internamente por la compañía. Pininfarina, en tanto, se “consoló” diseñando el Peugeot 205 Cabriolet.
Aquel diseño inauguró algunos rasgos distintivos que se encontrarían en posteriores modelos de la marca, por ejemplo, la parrilla con lamas horizontales y la franja situada entre las luces traseras. Y el interior del 205 también es obra de un nombre ilustre del diseño automovilístico, Paul Bracq, entonces miembro de Peugeot.
EL PRIMER DIÉSEL PEQUEÑO DE ALTAS PRESTACIONES
Técnicamente, el Peugeot 205 supuso la entrada de la marca en la era moderna: compacto pero espacioso, práctico (en gran parte gracias al portón trasero), eficiente y económico, apto para todos los usos…
En particular, es el primer coche de la compañía francesa que incorporó barras de torsión en la parte trasera para ampliar el espacio del habitáculo. También es el primer coche que introdujo la nueva familia de motores XU, concretamente el XUD7, unos cuatro cilindros de 1769 cm3 y 60 CV que convirtió al Peugeot 205 en el primer diésel francés del segmento B y, sobre todo, en el primer diésel pequeño que ofrecía unas prestaciones equivalentes a las de sus homólogos de gasolina, pero con un consumo muy inferior (3,9 l/100 km de media).
DE 45 A… ¡200 CABALLOS!
El 205 fue el primer Peugeot del segmento B en contar con una gama de motores tan amplia y variada (¡de 45 a 200 caballos!), y con cambio automático, una opción poco frecuente en el mercado en aquella época. Cuando se comercializó en 1983, estaba disponible con cuatro motores gasolina y uno diésel.
Al año siguiente, la gama se amplió con los legendarios GTI y Turbo 16, y con una versión de tres puertas. A esta le siguió una amplia variedad de versiones que abarcaban desde las más asequibles, como el 205 Junior de 1986, con sus asientos de tela vaquera, hasta las más elegantes, como las versiones Lacoste o Gentry.
EL DÍA QUE LOS PUBLICISTAS INVENTARON EL NÚMERO SAGRADO
Desde 1983, el Peugeot 205 mantuvo una estrategia de marketing acorde con sus cualidades. La campaña de lanzamiento lo bautizó con el sobrenombre de “número sagrado” y la idea caló hondo. Los anuncios de TV que lo utilizaban tenían gran efectividad y eran muy adecuados para la época, como aquel en el que un avión del ejército perseguía y bombardeaba el 205 en un lago helado, una escena muy al estilo de las películas de James Bond. Era un anuncio dirigido por Gérard Pirès, que unos años más tarde dirigiría el famoso largometraje Taxi, cuyo protagonista conducía un Peugeot 406. Sin duda es una familia de estrellas.
UN AUTÉNTICO CAMPEÓN
El automovilismo iba a ser una poderosa herramienta de promoción del 205 y de la propia marca. En 1984, el coche entró en la categoría reina del Mundial de Rally, el famoso Grupo B, con el impresionante 205 Turbo 16.
Durante aquella primera temporada, Ari Vatanen causó sensación al ganar tres carreras. En 1985 y 1986, el 205 Turbo 16 llevó a Peugeot a ganar el título mundial de marcas y a Timo Salonen (1985) y Juha Kankkunen (1986) a hacerse con sendos títulos de pilotos.
Al no existir ya el Grupo B a finales de 1986, Jean Todt, responsable de Peugeot Sport, propuso inscribir el 205 T16 en una prueba legendaria, el París-Dakar. Reto aceptado y superado con sucesivas victorias en 1987 y 1988. El Peugeot 205 T16 se sometió a diversas modificaciones para adaptarlo a la prueba y ganó el famoso rali del desierto, primero con Vatanen al volante y un año después con Kankkunen.
En 1998, tras una larga y fecunda carrera de 15 años y 5.278.050 unidades producidas, el Peugeot 205 dijo adiós. Los amantes del automóvil lo recordarán siempre como el “número sagrado” de Peugeot, el que sentó las bases de una línea excepcional de coches urbanos que forjaron una historia cuajada de éxitos: el Peugeot 206, el Peugeot 207 y, en la actualidad, el Peugeot 208.