Pocos circuitos poseen el misticismo y el respeto que Laguna Seca impone a pilotos y aficionados por igual. Y dentro de este trazado californiano, una de las citas más relevantes del calendario del IndyCar que tiene como protagonista al argentino Agustín Canapino, una sección destaca por encima de todas: El Sacacorchos. Este infame tramo, conocido oficialmente como The Corkscrew, ha sido testigo de innumerables momentos de drama, habilidad y precisión.
LA ESENCIA DE THE CORKSCREW
Situada en el punto más alto del trazado, la curva Sacacorchos es una combinación única de desafío técnico y riesgo. Con un desnivel de 18 metros en apenas 137 metros de recorrido, la curva 8 y su continuación en la curva 8A forman un zigzag descarnado que pone a prueba hasta al piloto más experimentado.
Entrando a la curva a alta velocidad, los pilotos deben reducir bruscamente para negociar un giro a la izquierda en la curva 8, seguido inmediatamente por un viraje a la derecha en la curva 8A. Este cambio repentino de dirección y el pronunciado descenso crean una sensación de caída libre que no se encuentra en ninguna otra pista en el mundo.
LA HISTORIA Y EL MITO
Desde su inauguración en 1957, Laguna Seca ha sido un pilar en el calendario de la IndyCar, pero fue en 1983 cuando El Sacacorchos comenzó a dejar su huella indeleble en la memoria del deporte. La leyenda de esta curva se ha forjado a través de décadas de competencia feroz y momentos inolvidables.
Uno de los momentos más icónicos ocurrió en 1996 cuando Alex Zanardi realizó su famosa maniobra, ahora conocida como The Pass. En la vuelta final de la carrera, Zanardi superó a Bryan Herta en una maniobra audaz y arriesgada en el Sacacorcho, saliéndose del trazado regular para adelantar en una de las acciones más memorables en la historia de la IndyCar.
Pero este sector también ha sido lugar de momentos tristes, como el accidente que le quitó la vida al uruguayo Gonzalo Rodríguez en 1999…
EL DESAFÍO TÉCNICO
El Sacacorchos no es simplemente una cuestión de valentía; requiere una precisión técnica extraordinaria. Los pilotos deben gestionar la reducción de velocidad, el control del volante y la aceleración en un espacio muy corto, todo mientras descienden una pendiente empinada.
La visibilidad limitada al acercarse a la curva añade otra capa de dificultad. Los pilotos no pueden ver el vértice del giro hasta que ya están inmersos en él, confiando en su memoria muscular y en la marcación del trazado para ejecutar la maniobra a la perfección. Canapino, por ejemplo, toma como referencia un árbol…
El Sacacorchos es un punto crítico donde se pueden ganar o perder posiciones. Su naturaleza impredecible y su demanda de precisión convierten a este tramo en un lugar donde los errores son costosos. Las escasas oportunidades de adelantamiento en Laguna Seca hacen que la estrategia en esta curva sea vital. Pilotos y equipos pasan horas analizando datos y perfeccionando sus enfoques para maximizar el rendimiento en esta sección crucial.
Con cada temporada, la historia de The Corkscrew se enriquece, consolidando su estatus como uno de los tramos más emblemáticos y reverenciados del mundo del motor.