El emblemático barrio porteño de La Recoleta, es testigo de la historia viva de la ciudad de Buenos Aires. En medio de la antigua arquitectura de la zona, se encuentra La Biela, un café icónico que ha sido escenario de los eventos más importantes de la metrópoli desde hace más de 150 años.
El sitio que hoy ocupa La Biela en la esquina de Quintana y Junín fue originalmente una edificación que, según grabados de la época, pudo ser el primer sitio gastronómico de la zona.
En 1850, la pulpería del “Vasco” Michelena se erigía en la misma esquina donde hoy se encuentra el café, y unos años más tarde, un grupo de monjes recoletos estableció un convento y una iglesia.
A principios del siglo XX, el lugar era frecuentado por la elite porteña que estacionaba sus carretas en las barrancas que daban al Río de la Plata. Sin embargo, en la década de 1950, la historia de La Biela dio un giro inesperado.
ASÍ NACE LA BIELA
Un grupo de fanáticos de la velocidad fue expulsado del lugar donde solía reunirse y buscó un nuevo sitio para recalar y desafiarse en las picadas. La aventura fue corta para uno de ellos ya que la biela de su auto dijo basta en la esquina de Quintana y Junín.
Roberto “Bitito” Mieres, miembro de aquel grupo de pioneros del automovilismo argentino y víctima del desperfecto mecánico, se bajó de su coche y reunió a sus compañeros en esee pequeño bar al que bautizaron “La Biela Fundida” primero, y luego simplemente como “La Biela”.
Desde entonces, La Biela se convirtió en un sitio de culto para los amantes del automovilismo y la Asociación Argentina de Automóviles Sport la utilizaba como su sede. La inclinación tuerca quedó representada en las paredes del café y, con el paso de los años, La Biela adquirió fama mundial, convirtiéndose en un punto de encuentro para turistas, políticos, empresarios, deportistas y artistas.
EL CAFÉ DE LOS FAMOSOS
La lista de personalidades que han visitado La Biela es interminable y diversa. Desde los Reyes de España hasta actores como Robert Duvall, pasando por escritores como Jorge Luis Borges y Julio Cortazar, el café ha sido frecuentado por personajes con poder real o democrático. Además, ha sido el lugar de encuentro para corredores de Fórmula 1 de distintas épocas, como el escocés Jackie Stewart o el brasileño Emerson Fitipaldi, y futbolistas famosos, entre otros.
Su relevancia en la cultura popular fue tal que en los ’60, Canal 8 de Mar del Plata transmitía todas las semanas un programa de TV sobre automovilismo llamado “La Biela Fundida” por el que pasaban todas las personalidades del mundo motor.
El café también es famoso por sus fotografías autografiadas por José Froilán González y el suizo Clay Regazzonni. Incluso tiene un dibujo hecho a mano por Fabrizio Ferrari, nieto de Enzo Ferrari, cuando era niño.
Entre varias reliquias relacionadas con el mundo del automovilismo se destaca un cuadro donado por el último descendiente de la familia Lamborghini donde se ve el auto más lujoso de la marca.
Los visitantes a La Biela son recibidos por dos estatuas en tamaño natural de Juan y Oscar Gálvez, dos leyendas del Turismo Carretera; las que recientemente fueron restauradas por el colectivo artístico Fuel Art, cuyo principal objetivo es “mantener viva la historia del automovilismo argentino”.
En 1999, La Biela fue declarada, con razón, Sitio de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.