Si sos de esas personas fanáticas de la Fórmula 1 que cuenta los días que separan una competencia de otra, ver la película Grand Prix puede resultar una buena solución para amenizar la espera. Aunque no se trata de un estreno (el film es de 1966) tiene todos los condimentos para pasar un momento agradable lleno de adrenalina.
Dirigida por John Frankenheimer y con guión de Robert Alan Arthur, gira en torno a la vida del piloto estadounidense Pete Aron (James Garner), quien es expulsado de su equipo tras causar un accidente en el que resulta herido su compañero británico Scott Stoddard (Brian Bedford). Mientras éste lucha por recuperarse, Aron ficha por un equipo japonés y mantiene un romance con la esposa de Stoddard.
También hay otras historias paralelas, además de las de Aron y Stoddard, como la del francés Jean-Pierre Sarti (Ives Montand), un campeón cerca del retiro; y la del italiano Nino Barlini (Antonio Sábato), una joven promesa de la categoría.
La película, que dura tres horas, está repleta de secuencias de acción en circuitos emblemáticos del calendario de la Fórmula 1 como Montecarlo, Monza, con sus famosas curvas peraltadas que la F.1 dejo de utilizar en 1961; y Spa-Francorchamps.
Aunque los autos utilizados son Fórmula 3, eso no le resta espectacularidad al producto final ya que las tomas están muy bien logradas con cámaras de Super Panavision (toda una novedad para la época) y le transmiten al espectador esa sensación de vértigo propia de correr a toda velocidad. Esos instantes de acción se complementan con imágenes captadas durante los Grandes Premios de la temporada de 1965.
Algo que le aporta realismo al argumento es la participación de varios equipos y pilotos de la época como el inglés Graham Hill (también fue asesor), los estadounidenses Phill Hill y Dan Gurney, el neocelandés Bruce McLaren y el austríaco Jochen Rindt, entre otros. También tiene un cameo el gran Juan Manuel Fangio.
El papel de Garner iba a ser en principio para Steve McQueen, pero lo rechazó. Igual tuvo su revancha: tres años después participó en una película ambientada en el mundo de las carreras que también fue todo un éxito. Se trató de Le Mans, que dirigió y protagonizó.
En un rol secundario aparece el actor japonés Toshirô Mifune. Interpreta a Izo Yamura, el team-manager que contrata a Aron después de que éste es despedido por su escudería tras el accidente que involucra a Stoddard. El papel de Yamura está inspirado en Soichiro Honda, quien por ese entonces también tenía un equipo en la F.1.
Grand Prix fue todo un suceso en su momento. Tal es así que ganó tres Oscar por mejor montaje, sonido y efectos de sonido. Más allá ese toque hollywoodense, que se nota sobre todo en los accidentes, este película resulta un gran testimonio de una Fórmula 1 muy distinta a la que vemos hoy en día.
