Durante la edición 2022 del Gran Premio de Arabia Saudita de Fórmula 1 la Grand Prix Drivers Association, la agrupación que representa a los pilotos de la máxima categoría, cumplió un rol clave para la realización de la competencia, que había sido puesta en duda por los ataques terroristas que tuvieron lugar el viernes a unos pocos kilómetros del circuito callejero de Jeddah.
Después de los dos entrenamientos de la primera jornada todos los conductores se reunieron durante cuatro horas y, finalmente, respaldaron la decisión que habían tomado previamente los organizadores del Mundial, la Federación Internacional del Automóvil y los equipos de seguir con el evento ante la promesa del gobierno saudí de extremar la seguridad al máximo.
Aunque hubo rumores que indican que los corredores le dieron el OK al evento obligados por las consecuencias que podría tener la cancelación carrera, como la confiscación de los vehículos, la GPDA tomó relevancia por primera vez en la era moderna. De hecho, según lo que dijeron todos los pilotos, la tensa situación vivida en Arabia Saudita obligará a todas las partes a replantearse volver.
¿QUÉ ES LA GRAND PRIX DRIVERS ASSOCIATION?
Esta asociación nació en 1961 con el objetivo de abogar por la seguridad de los pilotos y los espectadores y tener representación ante la Comisión Internacional Deportiva (CSI) de la Federación Internacional del Automóvil. Su primer presidente fue el inglés Stirling Moss.
La entidad mostró su fortaleza en diferentes ocasiones. En 1969 boicoteó el GP de Bélgica porque los dueños del circuito no querían pagar las medidas de seguridad exigidas por los pilotos. En 1970 obligaron a cambiar la sede del GP de Alemania, que pasó del inseguro Nürburgring a Hockenheim. Mientras que después de accidente de Lauda en el GP alemán de 1976 se opusieron a correr nuevamente en el Infierno Verde…
En 1982, rebautizada como Professional Racing Drivers Association (Asociación de Pilotos Profesionales de Carreras), realizó una huelga en la víspera de del Gran Premio de Sudáfrica porque la Federación Internacional del Deporte Automovilístico (FISA, por sus siglas en inglés) y la Asociación de Constructores de Fórmula 1 (FOCA) pretendían introducir una súper licencia para poder competir.
Los puntos que provocaban la queja de los pilotos eran dos. El artículo 1 que establecía que los corredores debían especificar la duración de su contrato con su patrón para que les sea concedido el permiso por un año renovable únicamente y el 5 por el que se comprometían a “no dañar los intereses materiales y morales del campeonato del mundo”. Algo que consideraban muy vago y que permitía sancionar a cualquiera.
Los competidores se mantuvieron firmes en su postura durante varios días y con el inminente inicio de la actividad en el circuito de Kyalami a la FISA y a la FOCA no les quedó otra que aceptar las demandas. Pese a su éxito, al final de ese año la PRDA fue disuelta.
Recién en 1994 los pilotos volvieron a unirse y por una situación muy especial: el trágico Gran Premio de San Marino en el que perdieron la vida el austríaco Roland Ratzenberger y el brasileño Ayrton Senna.
Por iniciativa del alemán Michael Schumacher, el brasileño Christian Fittipaldi y los austríacos Niki Lauda y Gerhard Berger, la GPDA resurgió con Schumi como presidente y nuevamente la seguridad como estandarte. A diferencia de los intentos anteriores esta nueva GPDA tuvo una constitución formal y oficinas permanentes en Mónaco.
Desde entonces, la GPDA alzó la voz varias veces como en el GP de Estados Unidos de 2005 y el GP de Gran Bretaña de 2013 cuando había problemas de fiabilidad con los neumáticos.
Además, en 2016 protestaron -y lograron cambiar- el sistema de clasificación con el que había comenzado la temporada en el que se iban eliminando los pilotos más lentos a medida que se disputaban cada uno de los tres cortes de la tanda.
Cada miembro de la GPDA paga anualmente 2.000 euros, pero la afiliación no es obligatoria. De hecho, en la temporada 2013 de 22 corredores 19 eran miembros (el alemán Adrian Stuil y los finlandeses Kimi Räikkönen y Valtteri Bottas eran las excepciones).
El actual presidente de la entidad es el austríaco Alexander Wurz, mientras que el cargo de directores pertenece al inglés George Russell y a su compatriota Anastasia Fowle.