El ePrix de Roma, séptima fecha del campeonato 2017/2018 de la Fórmula E, tuvo un final apasionante. Es que una avería mecánica acabó con las esperanzas de victoria del sueco Felix Rosenqvist (Mahindra Racing), que había partido desde la pole, y propició el triunfo del británico Sam Bird (DS Virgin Racing).
A diez vueltas del final, Rosenqvist, que había rodado al frente del pelotón desde la salida, se quedó fuera de carrera por un problema en la suspensión tras un leve toque con el muro. Así Bird cruzó primero la meta seguido por el brasileño Lucas di Grassi (Audi Sport ABT Schaeffler) y el alemán Andre Lotterer (TECHEETAH).
“Sinceramente, no creía que iba a estar en este puesto cuando vi el ritmo de Felix”, dijo Bird, que a principios de semana había recibido la bendición del Papa en un evento especial organizado por la Formula E. “Pude alcanzarlo hacia el final de la primera parte, pero había algunos autos muy rápidos detrás de mí. Fue una pena lo que le sucedió, pero eso me permitió ganar”, agregó.
Otro que se vio obligado a desertar en el epílogo fue el argentino José María López (Dragon Racing). Pechito, que largó desde el penúltimo lugar después de ser tocado en la calle de boxes en plena clasificación por el portugués Antonio Felix Da Costa (Andretti), abandonó cuando faltaban dos vueltas para ver la bandera de cuadros.
El campeonato tiene como líder al francés Jean-Eric Vergne (TECHEETAH), quien terminó quinto en Roma, con 119 puntos. Su escolta es precisamente Bird con 101 unidades. La próxima fecha será en dos semanas en las calles de París.